MARTHA LUCÍA GÓMEZ
LA PATRIA | MANIZALES
A Manizales ya llegó un avión para 93 personas, incluyendo la tripulación, pero no aterrizó. Arribó por partes al Cerro de Oro, donde funcionará como restaurante bar.
Villamaría, el vecino municipio, no es ajeno a este hecho. También recibió, dividido en piezas, otra aeronave para unos 45 pasajeros y tripulación, que operará en La Florida como herramienta pedagógica.
El HK-3827X resultó siendo el negocio al que hace un año le empezaron a apostar Juan Carlos Botero y John Jairo González, dos manizaleños que buscaban qué hacerde diferente en materia comercial.
Pensaron que si en Cartagena funciona un restaurante en un barco y en la U. Autónoma de Manizales otro en un vagón de locomotora, por qué no poner a funcionar uno en un avión. Luego de escoger la opción vino la ubicación de un sitio.
Por la mente les pasaron La Florida (en Villamaría) o Chipre (en Manizales), perose decidieron por el sector del Cerro de Oro por la vista privilegiada de la ciudadque se observa desde allí.
Señales
Juan Carlos cuenta que el avión lo adquirieron en un remate. "Llegó intacto, pero lo estamos adecuando para que cuente con sonido, luces y pantallas".
Mayday, señal de auxilio en aeronáutica, fue el nombre que escogieron para ponerle al restaurante bar. "Es la señal de auxilio que estaba pidiendo Manizales para tener algo novedoso", agrega Juan Carlos.
Pretenden que Mayday se vuelva tan conocido e icónico en Manizales como la Torre del Cable y Chipre. "Estamos ampliando el mapa de Manizales, pues la gente ya empezó a darse la vuelta hasta el Cerro de Oro para ver el avión. Vienen, se toma fotos y se forman romerías", dice Juan Carlos.
Hasta mitos urbanos ya salieron. Alguien dijo que era un submarino adecuado como avión, otro se atrevió a afirmar que había aterrizado de emergencia en el Cerro de Oro porque cubría la ruta Bogotá-Medellín y se quedó sin combustible.
En suelo manizaleño
Por dentro, el Mayday solo tiene unas pocas sillas, la parte superior de la cabina de pasajeros está sin dispositivos de aire, ni luz, ni revestimiento, los baños ya no existen ni los portamaleta. Por el pasillo se ven piezas que solo los expertos saben dónde van y para qué sirven, pues está en proceso de adecuación desde inicios de diciembre pasado. Al ingresar solo se ve intacta la cabina de pilotaje.
La decoración será tipo lounge (con cómodos sofás y mesas); los visitantes podrán manipular los controles del avión, sentarse en las sillas de piloto y copiloto, ocaminar hasta la parte más profunda de la aeronave, que se llama empenaje o cola(por donde circula el sistema de aire), que desmontan para prolongar el espacio.
El avión estará anclado al piso, pero será movido con vista hacia el norte de la ciudad, con la cola en el aire, según definición de ingenieros calculistas.
La idea de los socios es que los visitantes paguen por ingresar al avión. Habrá DJ y chef piloto, auxiliares de vuelo que atenderán a los clientes. Afuera, el sitio contará con terrazas para mesas y parasoles, y proyectan hacer senderos y una especie de entretenimiento extremo con un cable o garrucha desde el nivel del avión hasta la parte baja del terreno.
"Empezamos tocando puertas en Medellín y Bogotá, pero nos exigían montar el avión en esas ciudades, y lo que queremos es quedarnos en Manizales, invertir en nuestra tierra", agrega Juan Carlos.
Objetivo pedagógico
Yessica Torres, directora de la Academia Nacional de Aviación (Anav) sede Manizales, explica que la institución quería tener un avión simulador con movimientos reales, como el alabeo (hacia los lados) y el cabeceo (de punta a cola).
El proceso lo iniciaron hace por lo menos un año, cuando decidieron comprar el ATR-42 en Rionegro (Antioquia). Los permisos los entregó la Aeronáutica Civil, que rige las escuelas de aviación y que les exige tener un simulador. "Pero la Anav ya tiene un avión real", sostiene Yessica.
El avión se encuentra parqueado en un lote vecino del jardín infantil campestre Geniecitos, por la vía principal de La Florida, le realizan acondicionamiento interno y externo, aunque por dentro no cambiará mucho, pues el proyecto, afirma Yessica,es que además de ser herramienta pedagógica para los alumnos de la Anav, el avión permita que la gente conozca de aviación, lo que les exige tramitar otros permisos,por eso aún la gente no puede ingresar. Por fuera tendrá la imagen institucional, y falta que ingenieros de Medellín vengan a montarle la tecnología requerida para la simulación.
"Es un proyecto novedoso, que va a generar algo diferente en la ciudad y la región,dirigido a sensibilizar al público con la aviación, culturizar más a la gente en el tema y que otras instituciones se sirvan de la simulación", indica Jessica.
La Anav tiene 70 alumnos que cursan programas de auxiliar de servicios a bordo (lo que antes se llamaba azafatas), técnico en líneas de aviones y despachador de aeronaves.
Yessica aclara que el avión por dentro tendrá una tecnología que simulará la ciudad a la que se va, esto en pantallas, y que el avión va a girar.
Los socios de Mayday y la directora académica de la Anav coinciden en que invertir en temas de aviación es muy costoso, pero la ventaja, sostienen ellos, es que un avión se convierte en un local que se pueden llevar a cualquier lado. No obstante, ambos proyectos buscan quedarse en la región como apuesta comercial y pedagógica.
Cómo llegaron las aeronaves
El de Manizales es un Mcdonell Douglas DC9-15 azul oscuro y blanco, fabricado en Estados Unidos, que voló entre los años 80 y los 90 para la firma Intercontinental de Aviación. Llevaba parqueado dos años en un hangar en Bogotá. Desde allí lo trajeron, desarmado, hasta Manizales, en cuatro camabajas que contenían el fuselaje (cuerpo del avión), las dos alas, y el timón de cola (parte más elevada).
Con grúas y plumas de hasta cinco metros de altura, fueron elevando cada parte para armar de nuevo el avión sobre un terreno que también fue adaptado para este uso, incluyendo la ampliación de la vía en unos seis metros. La labor la realizaron ocho técnicos en aeronáutica.
Tiene unos 31 metros de largo y 8 de altura en el exterior, pesa entre 28 y 30 toneladas. Se cree que su último vuelo comercial fue en 1994.
El de Villamaría es un ATR-42 que tiene unos 22 metros de largo, 7 metros y medio de altura en el exterior y pesa alrededor de 4 mil 400 kilogramos. Las partes llegaron hace tres meses por tierra en camabajas (fuselaje y alas) y las ubicaron en un terreno que la Anav tiene en alquiler en La Florida.
Otros aviones en el país
* Aviones museo en Bogotá: Parque Jaime Duque y Museo de los Niños junto a los parques El Salitre y Simón Bolívar.
* Unidad Recreativa Parque El Avión en Cali, exhibición estática.
* Avión para instrucción, solo le vibran las sillas, en Medellín.
* Avión en Colegio De La Salle para la proyección de películas a alumnos pequeños, en Bogotá.
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