Darwin, las Galápagos y la evolución, III
Señor director:
Al recorrer las Galápagos, Darwin descubrió que las islas estaban habitadas por un grupo de pájaros pequeños, pinzones, picobornos y ruiseñores, cada uno con un pico distinto, adaptado a la comida disponible en cada isla y no se parecían, unos con picos largos y curvos y otros cortos y rectos; se preguntó si podían ser variedades de una misma especie, si las islas habían sido colonizadas por un único ruiseñor proveniente del continente americano, como sospechaba; la única forma de explicar las diferencias era que los propios pájaros habían cambiado. Si existiera el más mínimo fundamento para esa teoría, tales hechos socavarían la estabilidad de las especies.
A su regreso a Inglaterra, los ornitólogos estudian los diferentes pájaros que había recolectado en las Galápagos, pero para su sorpresa, cuando quiso confirmar la especie de cada una de las aves, resultaron ser las mismas en todas, pinzones; algunos tenían los picos más grandes que otros, lo que le hizo pensar que estos tendrían más capacidad de conseguir alimentos y por lo tanto mayor capacidad de reproducción, así se daba lugar a nuevas especies. A este fenómeno la llamó "evolución por selección natural". Pero lo más importante de esta teoría era que decía que todos los seres vivos partían de un antepasado común, incluyendo al ser humano. Igual razonamiento lo aplicó a las tortugas, de acuerdo a sus diferentes caparazones, según la isla de que procedía y al alimento que proveía a las tortugas.
Una vez terminada su teoría, publicó "El origen de las especies", pero el proceso no fue fácil, ya que tuvo que enfrentarse a sus creencias religiosas tradicionales y al pensamiento de un Dios todo poderoso que creó el Universo y sus habitantes, además de la crítica y rechazo social, como de la Iglesia anglicana. Pero poco a poco su teoría fue adoptada, pues explicaba la aparición de los seres humanos. Tanta fue la aceptación que al morir, sus restos mortales fueron depositados en la Abadía de Westminster, el templo más sagrado de los anglicanos.
Había partido de Inglaterra pensando en seguir su vocación religiosa y regresaría convertido en un joven científico con 27 años.
Para Darwin, era un patrón que había observado antes en Argentina, una especie de ñandú, parecía reemplazar a otra de una región a la siguiente, otras criaturas como los armadillos o los perezosos, parecían haber reemplazado a especies aliadas con el transcurso del tiempo.
Darwin supo, gracias a sus hallazgos en las Galápagos, que estas observaciones podían estar relacionadas. Se da la circunstancia de que cada isla posee su propia especie de tortugas, pinzones y de plantas, lo cual maravilla al investigador que escribe en su diario "Tanto en el espacio como en el tiempo, parece que nos estamos acercando a ese gran misterio de los misterios, la primera aparición de nuevos seres en esta Tierra". Ahora estaba convencido que las especies cambiaban con el tiempo, pero todavía no sabía cómo ocurría, aunque aún creía en un poder superior. Darwin apoyaba su fe en las leyes de la naturaleza desencadenadas durante la Creación, leyes que determinaron la forma en que se desarrolló el Universo.
Hasta el siglo XVII, los naturalistas sostenían que las distintas especies animales y vegetales habían sido creadas independientemente y permanecían desde entonces inmutables, sin sufrir cambio alguno. La teoría de la evolución, niega lo anterior, según la cual los seres vivos sufren alteraciones con el transcurso del tiempo y proceden de otras formas ancestrales.
Fernando García Cuartas
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