Un camino de encuentros
Señor director:
Cada día estoy más convencido que la vida es un camino de encuentros con la diversidad. Creo además que es lo que da sentido a nuestro vivir. Es una de las fortalezas del ser humano como tal. Nada se consigue por sí mismo. Para ello, se requieren acciones concertadas y soluciones conjuntas. Nuestra casa común también se construye entre todos, con la concurrencia humana permanente. Hoy la cooperación internacional es básica para avanzar humanamente, para crecer como especie pensante, siguiendo esa eterna hoja de ruta en torno a los principios y valores de la Carta de las Naciones Unidas. Sin duda, los gobiernos, las personas, han de respetarse, entenderse y obrar en consonancia.
Indudablemente, nuestra existencia tiene bien poco sentido sino genera un clima armónico, de respeto natural el uno por el otro. Esto exige, desde luego, un equilibrio natural para saber discernir y ver. Para empezar, uno tiene que respetarse a sí mismo para que le respeten, pero también tiene que facilitar la solución de los conflictos con diálogos auténticos, sin miedos, pero con la conciencia solidaria de la comprensión. Lo que viene sucediendo en algunos parlamentos democráticos, donde nadie considera a nadie que no sea de los suyos, es de una tremenda irresponsabilidad, que nos deja sin palabras. Olvidamos que cuando los que tienen el poder actúan alocadamente, sin rubor alguno, los que obedecen también pierden las formas, la estima por el ser humano. Ciertamente, la democracia se sustenta en la claridad de ideas y pensamientos, en la confluencia de soluciones. Por consiguiente, los gobiernos sustentados bajo este espíritu democrático no pueden ser el problema.
Estamos llamados a entendernos, a conciliar lenguajes, y no hay otra manera de llevarlo a buen término que desde la tolerancia, el sometimiento a la verdad y desde un espíritu humilde. Tenemos que empezar a pensar que apenas sabemos nada, que el enemigo no es el que piensa distinto a nosotros, sino aquel que quiere destruir nuestros vínculos de familia humana, por ejemplo; o aquel que quiere destruir el diálogo sincero e imponer sus doctrinas. Es precisamente, en ese conversar auténtico, donde se halla el reconocimiento y el respeto por el otro. Tal vez necesitemos rescatarnos como especie que busca la concordia. Ahí va a radicar el heroísmo ciudadano, pues se requiere paciencia y tesón a la hora de activar otros caminos realmente nuevos, que nos lleven a alentarnos y a alimentarnos mutuamente.
Víctor Corcoba H.
Atención a distancia
Cuándo será que los desafortunados usuarios de UNE seremos bien atendidos localmente y no nos sometan a las inútiles esperas desde Medellín para señalarnos fechas de atención, que es mala, luego de colocarnos música y mensajes mentirosos. ¿Será que pronto nos obligarán a ir a Medallo para que nos atiendan como bien nos merecemos, pronta y oportunamente?
Julio E. Zapata Cifuentes
Entrada complicada
En el barrio Vélez ya no tenemos acceso para ingresar, pues taparon por la zona en el Lans para poder girar. Si venimos de Mercaldas o Confa el taxi tiene que ir hasta Linares, por el cuartel de la Policía para tener acceso a las calles 39 a 41, prácticamente hay que ir hasta el centro para poder ingresar al barrio, o nos toca dejar el mercado en la Paralela y atravesarnos, porque si no nos vale mucho el taxi.
Olga P. Hernández Burbano
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