Caballos y toros
Señor director:
En forma por demás comedida me permito solicitarle se autorice la publicación de la presente carta relacionada con el tema de los caballos.
El caballo, según parece, habría comenzado a evolucionar desde hace unos 55 millones de años, siendo Equus el único género que sobrevivió para ser domesticado muchos siglos antes de Cristo y se cree que inicialmente pudo haberse utilizado como fuente de comida y leche en lugar de ser empleado para montar o cargar. Bucéfalo, el caballo de Alejandro Magno, le fue regalado siendo todavía un potro salvaje que él logró domesticar.
Al caballo se le dan actualmente en nuestro medio varios usos, según sus propias características y según las necesidades de su amo, a saber: exposición, transporte, carga, paseo, carreras, deportes, patrullaje de las fuerzas del orden y hasta equinoterapia, lo que lo ha convertido en un elemento fundamental en la vida del hombre. Desde luego que el más costoso y representativo es el de exposición por su genética, su alzada, su brío, su paso, su mansedumbre y naturalmente por su belleza. Por tales razones este tipo de equino es el que más se destaca en cualquier cabalgata, especialmente en la urbana. Muchos de los otros caballos citados pueden utilizarse para participar en tales eventos y de hecho así ocurre.
Aceptado en la Unesco como parte del patrimonio inmaterial, en torno al caballo se ha impuesto todo un lenguaje cortesano y principesco vinculado al lujo, el poder y la ostentación Se le ha convertido en un mito, en un símbolo, en una leyenda. De él se han ocupado la historia, el arte y la literatura. Bordeando el mar Caspio y atravesando Los Pirineos prestó su aporte a la cultura indoeuropea. Caballos como Babieca del Cid, Othar de Atila, Bucéfalo de Alejandro Magno, Marengo de Napoleón, Genitor de Julio César, El Palomo de Bolívar, Estrategos de Aníbal, Tordillo de Sucre, Incitatus de Calígula, para no citar sino estos famosos corceles entre la multitud que recoge la historia, han enriquecido la literatura universal.
La Reina Isabel II de Inglaterra llegó a la ceremonia de su cumpleaños en abril último en una lujosa carroza tirada por caballos y entre todos los actos de la fastuosa ceremonia se destacó la presencia de novecientos equinos.
El evocar las gestas de nuestros libertadores y de nuestros colonizadores antioqueños que recorrieron a caballo inmensas distancias dentro del territorio patrio, los primeros para libertarnos y los segundos para colonizar la arisca geografía caldense, debe servirnos de pábulo para mantener la tradición de las cabalgatas en Manizales (declaradas Patrimonio cultural nuestro) y que convocan a propios y extraños a las calles de la ciudad.
Enhorabuena al señor alcalde y al Honorable Concejo Municipal que le dieron carta blanca a las cabalgatas dentro del perímetro urbano, avalando así el prestigio de Manizales como ciudad culta y señorial que puede recibir en sus calles a dos o tres mil caballistas para abrir cualquier festejo y proporcionarle alegría a sus habitantes y a quienes nos visitan, sin los inconvenientes que se presentan en otras latitudes y que obligaron a suspender sus presentaciones, entendiendo sí el sentimiento de los ecologistas que propugnan por el respeto a los animales. De ninguna manera puede renunciarse a los inmensos beneficios que de todo orden le aportan las cabalgatas a la sociedad manizaleña.
Atentamente,
Manuel Galindo A.
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