Solución radical
Una solución yo diría salomónica que podríamos aplicar en el caso del deporte, que ya no es deporte, sino juego de pasión o juego de peligro para toda la ciudadanía. Con las barras peligrosas se podría hacer lo que haría cualquier ciudadano del común y es acabar con el equipo. Nosotros, quienes transitamos por el estadio o queremos ir a un partido, nos sentimos temerosos de asistir al estadio o de pensar lo que va a ocurrir, o que van a reventar todos los vidrios de la avenida. Si las autoridades no pueden acabar con las barras, en una ciudad que se precia de culta como lo es Manizales, entonces que se acabe el equipo.
Un lector
N. de la D.
A la mayoría de quienes les gusta el fútbol es gente pacífica y respetuosa. Su solución sería muy injusta con ellos.
El ahorro del premio
Da realmente tristeza que el Concejo municipal esté enfrascado en una discusión con el tema de la estatuilla del premio de periodismo. Lamentable, porque el municipio dilapida dinero en muchas cosas, y es mucho el que se pierde por no saber manejarlo. Manizales debiera seguir otorgando ese premio, no cambiar la estatuilla por la torre del Saber o no sé qué otra cosa que les vale mucho menos dinero. Les sugiero a estos concejales que se comuniquen con China, allí fabrican unos muñequitos mucho más baratos, pero cuando quieren hacer extras y ganar dinero en cantidades, ellos mismos lo decretan.
Un lector
Hay de dónde
Es de esperar que todos los ciudadanos participemos en la jornada electoral para elegir al primer mandatario de la “tierra del buen sabor” con toda la tranquilidad y con espíritu pacífico. Recordemos que “ese cuentico fundamentalista” tiene que pasar a la historia, porque no se puede ser troglodita con el manejo y defensa de nuestros sentimientos políticos. Estos no pueden ser procesos para jugarnos la vida. Los candidatos son valiosos e importantes. Veo que todos le rinden tributo al cinismo. Hay de dónde escoger. Es de anotar que “por los gustos se venden los calambombos”. Otro punto esencial para comentar es que cualquiera que llegue tiene que cumplirle a un plan de desarrollo que está vigente. Lo contrario es llegar a despilfarrar recursos y a perder tiempo.
Rogelio Vallejo Obando
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