Terror II
Señor director:
¿Le aterra que los pobres voten por los ricos? ¿Está angustiado porque un proceso judicial no termina pronto? ¿No puede concebir que un sindicalista que lleva 30 años en la lucha social, pase a ser ministro de un gobierno corrupto? ¿Le causa estupor que un sindicalista tenga los hijos estudiando en colegios de estrato 6, vaya cada ocho días a su finca, viaje constantemente por varios países, se hospede en los mejores hoteles, ocupe la presidencia sindical durante 100 años, luego, siga su hermano, su hijo, su nieto y consiga puesto en la función pública para sus amigos? ¿Le causa indignación que un profesor salga a la calle a protestar para que le aumenten el sueldo, mientras su escuela o colegio se esté derrumbando y los estudiantes no tengan transporte y buen alimento? ¿Le parece raro que una familia tenga cuatro pensiones? ¿No puede creer que una fundación que tenga por objeto servir a la ciudadanía, se convierta en sinónimo de lucro, las directivas consigan buenos apartamentos, repartan la torta de los proyectos, cierren la fundación y se vuelen del país, aduciendo que son perseguidos? ¿Está asustado porque desapareció un movimiento político llamado Mar (mar de mierda), porque un exdiputado, que quería ser representante a la Cámara, engañó a sus propios amigos? ¿Sigue asustado? ¿Acaso no se da cuenta que los garzones de izquierda están engordando como cerdos? ¿No sabe en qué patio de la cárcel está el expersonero indígena de Bogotá, el gran defensor de las causas indígenas, señor Francisco Rojas Birry? ¿Está impresionado porque Ortega se hizo reelegir en Nicaragua y tiene a toda su familia ejerciendo la tiranía que combatía? ¿Cree inconcebible que un funcionario público con un sueldo mediano, aparezca viviendo con casa propia en un barrio de ricos, tenga un excelente carro, viaje en avión por todo el país y disfrute de una buena finca? ¿Le es muy difícil comprender que la mejor casa en una vereda miserable, la tenga un sacerdote? ¿Todavía cree que los pobres se ganan el reino de los cielos y los ricos van al infierno? ¿No le parece esto una película de terror? ¿Está encantado porque el gobierno suministra un subsidio cada dos meses bajo el mandato de que el beneficiario, tiene que seguir como miserable para poder reclamarlo? ¿No puede entender por qué un diputado o un concejal, consigue Sisbén para amigos de estrato cinco? ¿Le parece insólito que un líder comunitario se apodere de una cancha de fútbol, se lucre de ella y se apropie de una sede comunal? ¿Se queda estupefacto porque le dieron un premio Nobel de literatura a un rockero y no a un escritor? ¿Le asusta que un funcionario público sea un analfabeta funcional? ¿No puede comprender por qué sale una propaganda diciendo que el agua nos la dio Dios y que una empresa nos cobre por usarla? ¿Está perplejo porque a un delincuente de cuello blanco, que sigue robando, le dan la hacienda por cárcel, la ciudad por hogar y a Colombia por derecho propio; mientras que, a un pobre, que se roba una gallina o le da una palmada en una nalga a una dama bien formada y alto gusto, lo encarcelen por 20 años? ¿Se siente mal porque un lustrabotas sea elegido concejal, luego se emborrache, haga disparos al aire y se convierta en un lumpen, luego, le den pantalla en televisión? ¿Le es imposible creer, que un partido político de línea religiosa, que dice nunca hace coaliciones, aparezca relacionándose con los uribistas y desaparezca el encanto de su dignidad? ¿Siente malestar porque la justicia esté generando clientelismo y nepotismo en todas sus ramas? ¿No puede soportar a Pretelt y a muchos de sus amigos? ¿Sabe a qué se dedican los hijos de Uribe Vélez, a dónde cree que van, qué quieren en el futuro? ¿Desconoce la historia de las familias dominantes en este país? Son muchas cosas que se repiten, sin embargo, muchos que viven estas angustias y terrores, tendrán que seguir viendo con ella, porque todo eso existe a raíz del mismo que se aterra. Hasta que no se mire al espejo y vea su propia máscara de terror, no se aterre por nada de lo que ocurre. Muy pocos, pero muy pocos, no precisan del espejo, no llevan el Animal Público en su conciencia; pero sí están aterrados de que haya más malos que buenos. Cambalache, lo dice: “El mundo fue y será una porquería...”.
Enrique Arbeláez Mutis
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