El pasado 4 de febrero murió en la ciudad Fanny Peláez de García, nacida en Chinchiná, formó con don Salomón García, hombre honesto y trabajador, un hogar con seis hijos, todos hombres de bien.
Conocí a Fanny en el colegio San Luis Gonzaga cuando era ella el motor y la abanderada de las obras sociales que se desarrollaban, especialmente en el barrio El Nevado.
Conduciendo su carrito, segura, llena de Dios y de entusiasmo llevaba alegría y consuelo a las personas necesitadas, porque Fanny tenía un corazón noble y generoso. Con toda justicia la comunidad de jesuita le otorgó la Carta de la Hermandad que la hace hermana espiritual de todos los miembros de la Compañía de Jesús y participante de todas las gracias y dones espirituales, amiga inmejorable y sincera, amaba la naturaleza y cultivaba en su finca, Santa Ana, las hermosas flores Aves del paraíso.
Veo a Fanny llegando al cielo con su imponente figura, su sonrisa amable, caminando por un sendero lleno de luz y de sus "aves" como ella las llamaba para darle la bienvenida al paraíso verdadero. Reciban sus hijos, nueras, nietos y nietas y sus hermanas, nuestro sentido abrazo de condolencia.
Luz Ayerbe de Jaramillo
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