Uribista en tregua
Señor Director:
Ya a estas alturas de la vida, superando el medio siglo, los de mi generación hemos tenido oportunidad de apreciar grandes transformaciones en Colombia y en el mundo. Pero una que recordaremos por siempre, fue el poder recuperar abiertamente la libertad durante su gobierno, fue poder transitar por las carreteras, ir a las fincas, trabajar sin incertidumbre y sin temor.
No tengo, doctor Uribe, ninguna atadura, no debo un solo favor político; esto me da libertad de poder opinar sobre temas corrientes pues mi perfil profesional y mi conocimiento, me dan solo la capacidad de abordar situaciones triviales en política.
Sé de su amor a la patria, de su incansable capacidad de lucha, de sus horas de desvelo por crear una patria digna y respetada. Solo usted no ha producido en mí esa aberración que producen los políticos tradicionales, solo usted ha acelerado mi pulso y ha aumentado mi gasto cardíaco, solo usted me hizo entender que se podía amar a una persona sin conocerla.
¿Y en qué estamos, presidente Uribe?, desgastando su enorme inteligencia, su valioso tiempo, su capacidad de servicio, en luchas y peleas intestinas que no llevan más que al deterioro de su imagen y su credibilidad. Y estas riñas inocuas contra personas que para decírselo en un idioma que compartimos: ni atajan, ni arrean, ni se hacen a un lado. ¿Para qué doctor Uribe?
Es imposible para mí dejar de admirarlo doctor Uribe, es para mí imposible declararme antiuribista, pero sin duda usted ha cometido errores sustanciales, usted y su familia han participado más de lo debido en la vida nacional, usted se ha rodeado mal muchas veces, y en especial en su segundo mandato, usted también, como muchos en la vida, necesita reflexionar y debe tomar el tiempo para hacerlo, aléjese de twitter por un tiempo, domine su carácter y no caiga en la tentación; con eso señor expresidente recuperará credibilidad y corazón.
Estoy realmente saturado de nuestra política, y debo confesarle que también lo estoy de sus salidas impropias e inoportunas, pienso que no todo en la vida se debe controvertir, hay que dar espacios para que otros acierten o se equivoquen y que aprenda de sus errores.
¿Quién soy yo doctor Uribe para darle consejos?, se preguntará alguien.
Solo le puedo decir que soy uno más de esa inmensa mayoría, uno más de esos ciudadanos que se levantan todos los días a ganarse la vida a fuerza de trabajo y dedicación, y que por encima de todas las dificultades contribuimos con un grano de arena para un país mejor. Esto y solo esto me da la capacidad de aconsejarlo.
Por todo lo anterior me declaro un Uribista en tregua por saturación.
Octavio Isaza Londoño
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