La Sinfónica de Caldas
Señor Director:
En su condición de líder de opinión, considero que es el canal idóneo para hacerle eco a temas que tocan con la cultura de nuestra ciudad.
Me refiero en particular a la ya larga ausencia en escena de la Orquesta Sinfónica de Caldas, agrupación que participa en el equilibrio de las manifestaciones musicales de nuestra urbe, donde pululan géneros como el reggaeton, rock, entre otros, la mayoría con letras triviales, ordinarias, que incitan al sexo, a la violencia, al libertinaje, al vicio y en el peor de los casos, al suicidio. Es música solo comercial, efímera; mientras la Sinfónica, con la interpretación de eternas y bellas melodías, propicia al descanso, la meditación, la concentración, la armonía y la demostración de cultura, la que se nota hasta en el momento de hacer la fila para ingresar a los eventos, el comportamiento en los recintos, trátese de un teatro, una iglesia en cualquier barrio de la ciudad o un parque; es un público bondadoso, amigable que disfruta enormemente la interpretación de partituras de afamados músicos del orbe o la adaptación de obras y muy a menudo, la conjugación con corales y otros artistas. Propicia también la presentación de óperas tan majestuosamente interpretadas, que hacen viajar al público en el tiempo y lo transporta a los más importantes teatros del mundo.
Una Orquesta Sinfónica está compuesta por músicos de diferentes sexos y edades, dedicados, sometidos a largos procesos de mejoramiento, en su mayoría licenciados que además de ejecutar un instrumento, enseñan la música, inculcan pasión por un aparato musical, forman gente de bien, pacífica, con valores.
La Orquesta genera trabajo para más de 50 personas.
Una Orquesta Sinfónica respalda la fama de ciudad culta que tiene Manizales.
Los entes de gobierno que tienen la obligación de patrocinar la cultura de sus ciudadanos; el Ministerio, la Gobernación, el Municipio, etc., parecen darle mayor importancia a otras actividades, menospreciando la función de una Sinfónica y “abusando de la nobleza” de sus integrantes que no han salido en manifestación a exigir sus derechos como sí lo hacen los profesores, estudiantes, seguidores de equipos de fútbol, etc.
Crear una Sinfónica toma mucho tiempo, llevarla al nivel que tiene la de Caldas ha sido fruto de mucho trabajo, de la asesoría de músicos importantes nacionales e internacionales. Dejarla acabar, es cuestión de segundos, con la negligencia y falta de liderazgo en la defensa de entidades que orientan por el buen camino a nuestra juventud y brindan sano esparcimiento a toda la comunidad.
Agradezco su amable atención,
Luis Ángel Escobar Castrillón
Manzanareño genuino
Señor Director:
Me duele y me asombra, al leer la sección “Correo Abierto” publicado el día 30 de abril de 2012 en ese connotado diario colombiano un artículo intitulado: “Don José Joaquín Montes Giraldo, un gigante poco visible”, firmado por el ilustre intelectual salamineño Luis Felipe López.
Con vergüenza manzanareña, bosquejo mi propia opinión que siempre la he tenido como amante de las letras.
Don José Joaquín Montes Giraldo, ilustre manzanareño, maestro de la modestia, poeta del silencio, incansable caminante por los senderos del idioma, no ha sido exaltado al altar de los grandes por obra y gracia de su sublime discreción y prudencia.
Su mundo no ha sido el de lisonjas y canonjías, ni mucho menos el de aplausos hipócritas en conciliábulos prefabricados con el olor a mediocridad.
Don José Joaquín Montes Giraldo, lo afirmó como manzanareño auténticamente genuino, es la expresión acrisolada de las letras, orgullo de manzanareños, el filósofo del idioma, el investigador de la palabra, filólogo, lingüista, dialectólogo, políglota y... gran señor.
Gracias don Luis Felipe López, ilustre salamineño por destacar con sentimiento intelectual a nuestro gran académico don José Joaquín Montes Giraldo.
¡Qué lástima, que los manzanareños, sus coterráneos, no hayamos leído la inconmensurable dimensión de este personaje que dignifica nuestra progenie de la ciudad cordial del oriente caldense.
Gracias don Luis Felipe por timbrar al oído de los manzanareños la talla de este gran hombre. Paso la voz al señor Alcalde nuestro cordial y respetable Darío Ramírez Jiménez y a su eficiente equipo de gobierno para que le hagamos un reconocimiento a este gran filósofo de la palabra antes que se nos haga tarde.
Su vida de intelectual y gran asceta del pensamiento, me evoca al gran maestro de la literatura española Fray Luis de León:
“Aquí la envidia y mentira
Me tuvieron encerrado
¡Dichoso el humilde estado
Del sabio que se retira
De aqueste mundo malvado
Y con pobre mesa y casa
En el campo deleitoso
Con solo Dios se compasa,
Y a solas su vida pasa
Ni enviado ni envidioso!”.
Del señor Director,
Cordial saludo y agradecimiento,
Elceario Arias Aristizábal
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