Vía crucis de un paciente
Señor Director:
Para soportar el malestar o una enfermedad, se requiere ser muy Paciente. Para conseguir una cita médica, hay que madrugar, hacer largas filas, recibir una ficha, esperar el turno, para que lo atiendan en la respectiva ventanilla, se requiere ser muy Paciente. La cita se la asignan para dentro de dos o tres días, si es medicina general, ya que “no hay médicos disponibles” en una ciudad donde hay dos facultades de medicina. Para llegar con veinte minutos de anticipación, soportar la mala atención de algunos funcionarios, se necesita ser muy Paciente. Para recibir un diagnóstico, nuevas citas, exámenes clínicos, se necesita ser muy Paciente. Para aguantar la rutina del médico preguntando por los síntomas, tomar la presión, ritmo cardíaco, el peso y formular la medicina de moda, Acet... en como panacea universal, como elixir de larga vida, ahí sí que se requiere ser Paciente. Al inquirírsele al médico sobre el nombre, de la afección o enfermedad, es casi seguro que no obtiene ninguna respuesta, ya que está pensando que el tiempo se acabó y debe atender al siguiente Paciente. Cuando se le sugiere al médico exámenes más confiables, éste sin empachos manifiesta que los pague de su bolsillo porque no puede quebrar a la E.P.S. ¡Qué vocación para cumplir el juramento Hipocrático! Con la mágica fórmula en la mano, los Pacientes se dirigen a la farmacia y encuentran una cantidad de Pacientes esperando que les entreguen los medicamentos. Recibe la ficha y espera turno. Después de echarse un buen rato de sueño, otro Paciente que ya despertó le hace cosquillas para informarle que lo están llamando. La alegría aflora hasta con una sonrisa, postiza desde luego. Al revisar generalmente no la hay, está incompleta o la que entregan es de mala calidad. Mientras tanto la enfermedad sigue su curso y disfrutando de buena salud cuando el médico no acierta o la medicina es inocua. Es tanta la ineficiencia y falta de profesionalismo de algunos médicos que diagnostican y sobrediagnostican una gastritis y al final el Paciente muere de cáncer hepático. Menos mal que las creencias populares dicen que les hicieron señales de arriba y tocó viajar justificando la negligencia o ineficiencia médica. ¿sí, cómo no? ¡Esta es una radiografía de la rutina de un Paciente común y corriente. Qué tal cuando se trata de cirugías o tratamientos especializados. Mejor, ni hablemos. Desde luego que este vía crucis no lo viven todas las personas. No todos tenemos que hacer este curso para ser Pacientes. Jamás se ven personas con el rango de “importantes” sufriendo en carne propia la tragedia de la salud que padece nuestro país. Y las reformas cada vez son más pésimas.
Vale recordar que la actual reforma a la salud que cursa en el Congreso, se daba vía libre a la formación de especialistas de Garaje, formándolos a las volandas para dar supuestamente cobertura, pero sin Calidad. Menos mal que esa irresponsable, ignorante, mal intencionada, politiquera, aberrante e irrespetuosa propuesta desde los más altos niveles del Estado, desconociendo que la salud y la vida, son las riquezas naturales del ser humano. Todavía se piensa que los títulos por sí mismos, son idóneos, competentes, calificados y que aparte de las cualidades intrínsecas y extrínsecas del profesional médico deben garantizar excelentes desempeños.
El puntaje ICFES o la chequera, no son suficientes requisitos para seleccionar aspirantes a ser médicos,. Las facultades de medicina deben ponerse serias y fijar requisitos que les permitan seleccionar perfiles que sean garantía para los pacientes y para ellos en el ejercicio profesional. ¿Dónde quedan la Vocación, las capacidades intelectuales, la sensibilidad social, y... muchas más cualidades de una profesión tan humanística?
Después de esta retahíla, queda claro del por qué en nuestro país tenemos que ser muy Pacientes con nuestro maravilloso servicio de salud.
Cordialmente,
Elceario de J. Arias
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