Los bienes del Departamento
Señor Director:
En meses pasados leo una nota en el periódico LA PATRIA en la cual se publica un informe sobre las ocupaciones irregulares que particulares hacen de predios (Bienes-Inmuebles), propiedad del municipio de Manizales; interesante nota que me trajo a la memoria en mi condición de jubilado, algunos de los Bienes-Inmuebles propiedad del ente territorial-Departamento de Caldas y el poco o nulo cuidado que décadas de negligencia han permitido que, particulares, funcionarios y exfuncionarios hayan intervenido con maniobras dudosas en la perdida de valiosas propiedades, registradas a nombre del Departamento, de las cuales la Contraloría General del Departamento hace alusión a unas pocas, según publicación del día 09 del mes de junio.
La vinculación de reconocidas figuras de la política local, relacionadas directamente a los aconteceres de la administración departamental, hace más confusa la identificación de los bienes inmuebles sustraídos fraudulentamente del inventario del Departamento y en manos ahora de particulares, el poco control que ejerce la Unidad de Bienes, adscrita a la Secretaría General del Departamento, el bajo perfil de sus directivos y cuando no, la des-honestidad del ejercicio del mismo, caso de la Sra. Viviana Cañas Ortiz, vinculada penalmente con la pérdida de algunos equipos -camioneta, maquinaria amarilla, propiedad esta última del Municipio de Palestina; proceso penal del que hasta ahora no se conoce pronunciamiento alguno por parte de la Fiscalía que permita establecer el destino final de estos bienes y la posible participación de otros.
Un análisis somero del porqué y presumiblemente se ha generado este recurrente descuido, puede tener su origen en la debilidad institucional que presenta la Unidad de Bienes del Departamento, oficina por la que han discurrido, no menos de diez jefes en los últimos años, con una planta de personal conformada por técnicos y auxiliares, sin ningún profesional que, aparte del jefe, haga control físico de los inmuebles, lectura de planos, fichas catastrales, actualización de avalúos, etc., y todas aquellas acciones que permitan detectar las perturbaciones a la propiedad del Departamento, en tantos predios puestos bajo su custodia, aparte de que la falta de continuidad genera la perdida de la memoria institucional que hace parte del seguimiento de los procesos, a veces tan dilatados en el tiempo. La falta de concatenación con otras dependencias de la administración, tales como las Secretarías Jurídica y de Hacienda (Cobro Coactivo), entre otras, hacen de esta Unidad un grupo humano sin dientes que no tiene eco en la alta gerencia, lugar de tránsito de cuantos, estando cerca de su jubilación van a pasar allí sus últimos días, sin un ya mayor compromiso con la Entidad.
Como colofón, se pregunta uno, si el ingreso del Departamento a la Ley 550 o de quiebras como popularmente se le conoce, no hubiere podido ser obviado si y mediante Ordenanza se hubieran podido enajenar los Bienes-Inmuebles propiedad del ente territorial a fin de cubrir el pasivo pensional, tal y como lo realizó el Departamento de Antioquia, cuando y en similares circunstancias y a raíz de los embargos que se le avecinaban, optó por esta solución; considero que la Asamblea le faltó profundizar en el análisis de esta riesgosa maniobra, antes de concederle la autorización al Ejecutivo.
De Ud.(s) atentamente,
Carlos Julio Restrepo Toro
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