En contra del pico y placa
Señor Director:
La circulación permanente de vehículos por las diferentes vías de la municipalidad, son la muestra de que la ciudad está viva en su dinámica
diaria y hoy el automóvil no es un lujo, por el contrario, es una herramienta útil para el ejercicio de sus rutinas de trabajo, el cual se constituye en un
elemento fundamental de la modernidad para el desplazamiento de los ciudadanos.
El artículo 24 constitucional ampara el derecho a la libre locomoción y es obligación de las autoridades garantizar la efectividad de esta prerrogativa,
en virtud de la cual eliminamos en su oportunidad una restricción de pico y placa, que durante dos días a la semana regía en perjuicio de los manizaleños. Por esta circunstancia vemos con preocupación que para beneficiar a un reducido número de taxistas, se plantea nuevamente reestablecer esta limitación que sufrían la mayoría de manizaleños hasta el año 2009.
Lo que traerá como consecuencia, la afectación de las diversas actividades relacionadas con el uso cotidiano de los coches particulares, tales como la
que sufrirán los beneficiarios de las zonas azules, que es un importante grupo de discapacitados que derivan su subsistencia del parqueo de éstos; así como quienes dependen del mantenimiento y reparación de automotores verían menguados sus ingresos, por un menor uso de los mismos, así como se daría un menor consumo de combustibles, lubricantes, llantas y repuestos, hecho que afectaría la actividad de los almacenes, mecánicos y estaciones de servicio e impactaría negativamente las rentas del Municipio por concepto de sobretasa a la gasolina, que se recauda para realizar y mejorar las infraestructuras.
Otros damnificados con la medida serían los parqueaderos, servitecas y lavaderos de carros, de los cuales dependen un alto número de familias; alrededor de la utilización permanente de los carros existe una serie de actividades comerciales anexas, tanto directas como indirectas que dinamizan la economía de la ciudad. Existen estudios de movilidad serios, vigentes para Manizales, que demuestran que el tráfico rueda normalmente y con un aceptable promedio de velocidad, simplemente se precisa del ejercicio de las funciones de regulación y control en ciertos puntos de la ciudad; así como ciertas obras en algunas intersecciones que fueron autorizadas para ser ejecutadas por parte de la Administración Municipal, pues muchas veces se plantean soluciones facilistas como la prohibición en discusión, para no asumir las responsabilidades de invertir en atender con nuevas obras públicas las necesidades que demanda el desarrollo local.
Diego Franco Molina
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