Guía sin utilidad
Señor Director:
Se dice con frecuencia que todo tiempo pasado fue mejor; claro que es una exageración, pero hay cantidad de cosas que nos hacen añorar que fueran como antes, sobre todo cuando es un servicio que nos hace falta. Tenemos el caso de la información que la compañía daba cuando se le pedía el número de teléfono de un suscriptor. En tal caso, un operario u operaria amablemente nos daba el dato solicitado. Eso era entonces, en la actualidad la respuesta es una relación demasiado larga de disposiciones que nada nos interesa. Fuera de lo anterior tienen la avilantez de cobrar la llamada. Total, acabaron con un servicio que era de mucha importancia para el público. Por otra parte, recientemente la compañía editó una guía telefónica inútil, puesto que tuvo la genialidad de no incluir en ella los nombres de los suscriptores y en esas condiciones la tal guía carece de utilidad. Lo que llama la atención que sobre estas medidas altamente perjudiciales, nadie protesta. Parece que nos hemos vuelto demasiado complacientes o, por decirlo menos, demasiados mansos.
Atentamente,
Arcesio Londoño Jaramillo
Violencia en los buses
Señor Director:
Por motivos personales y afectivos visito Colombia con cierta frecuencia. Últimamente en los viajes internos que hacemos por esas bellas tierras nos encontramos que en los autobuses de larga distancia, que suelen ser bastante confortables, ponen una serie de películas a todo volumen y con una temática bastante agresiva y violenta llegando a ser fastidiosa e incómoda para los oídos, la vista y para algunos menores que viajan en el mismo autobús. Sabemos que Colombia ha pasado por varias etapas de mucha violencia en sus bellos campos, selvas, ciudades y demás. Por ello para nosotros es incomprensible y nos preguntamos: ¿es necesario exhibir tan públicamente tanta violencia social, no nos basta con lo que ya se sabe y se conoce en los noticieros?
Algún Ministerio de Cultura, Bienestar Social o demás podría plantearse qué se busca con tanta exhibición gratuita de la violencia, que no deja de ser real, pero que llega a entorpecer los viajes de los que nos gusta disfrutar y conocer ese país tan bello, acogedor y naturalmente exuberante. Es una pena el sinsabor que nos dejan estas escenas vividas en nuestros viajes por allí. Así mismo pasa con la música que ponen a alto volumen incluso de noche cuando la gente intenta dormir en el autobús. ¿Se podría regular el nivel de contaminación acústica y agresiva que se vive en esos viajes?
Un saludo desde Barcelona, España.
Ximoxenko
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015