Obsoletos
Señor Director:
Recuerdo que cuando UNE instaló los equipos que están a punto de quitar por obsoletos, ya eran obsoletos cuando se conectaron en las fincas.
Me explico: se suponía que servían para Internet. Nunca fue posible hacerlo, por ser muy elementales los equipos instalados hace unos 8 o 9 años. Visité innumerables veces a ingenieros de UNE, bregando a ver cómo lograr un mejor servicio de Internet. Finalmente, me confesaron que los equipos no servían para ese servicio, lo que ya sospechaba. La ñapa a esta información, es que había unos magníficos equipos telefónicos marca Siemens en las fincas de Caldas, que quitaron para poner estos malos equipos chinos, pero los pusieron en las áreas rurales de Antioquia, en donde aún sirven. Parece que para las empresas antioqueñas, los caldenses somos ciudadanos de segunda categoría.
Elsie Duque de Ramírez
Origen de los silleteros
Señor Director:
No solo las mulas y los bueyes llevaron carga por los caminos de Antioquia la Grande. Los silleteros, cargueros o silleros llevaban sobre sus hombros y fornidas espaldas a hombres y carga que merecían especial cuidado, ya que estos silleteros eran fuertes en sus piernas y tenían la inteligencia de cuidarse de los caminos alzados y enredados.
Los silleteros eran preferidos por su habilidad para el paso de las trochas y caminar por las orillas del abismo o despeñadero, calcular las entradas a los pantanos; detenerse cuando una roca puede rodar, aprovechando los bejucos, raíces y lianas para agarrarse cuando existía un riesgo y medir certeramente el paso.
La silla sobre la que llevaban las personas estaba hecha de guadua, en figura de ángulo agudo y se sujetaba al pecho y a la cabeza por dos fajas, confeccionadas de la corteza del árbol "cargadera". Lo suficientemente firmes para garantizar la seguridad del viajero.
Llevados en silleteros viajaron Manuel María Mallarino, expresidente de Colombia, además de viajeros extranjeros. Este modo de transporte de personas y cargas, fueron repudiados por algunos viajeros como Alexander von Humboldt, el aventurero Friederich von Schenk y el coronel británico John Potler Hamilton quien escribió en 1824: "Causa pasmo ver a los cargueros avanzando por los peligrosos senderos con tan pesado fardo a la espalda. Solo una larga práctica ha podido avezar sus cuerpos a trabajo tan rudo y azaroso. Nos dijeron que desde pequeño se les entrenaba haciéndolos cargar livianos bultos, cuyo peso aumentaba gradualmente a medida que avanzan en edad".
Humboldt dijo en 1802: "Se oye decir en este país `andar en carguero, como quien dice ir a caballo, sin que por esto se crea humillante el oficio de carguero; debiendo notarse que los que a él se dedican no son indios, sino mestizos, y a veces blancos".
La vida de los cargueros era corta, por el trabajo pesado que llevaban, también por la rapidez con que se disipaban para gastar sus ingresos.
Dadas las difíciles condiciones de este oficio, en 1778, el oidor Mon Velarde, había querido impedir este trabajo, pero los pueblos de los propios cargadores y los comerciantes le hicieron desistir. En El Peñol y Guatapé lucharon por mantener su oficio en el que llevaban cargas de 40 y hasta 50 kilogramos, es decir casi una tercera parte de lo que llevaban los bueyes o las mulas, razón por la cual los silleteros pagaban impuestos por las mercancías transportadas, equivalente a un tercio del cobro de una carga transportada por un animal. De allí que fueran llamados "peones del tercio", de por eso los paisas hablamos de "terciarnos" algo como cargárnoslo al hombro o en la espalda.
Humboldt, en 1802, escribió: "Los cargueros conducen entre 6 y 7 arrobas (75 a 88 kilos) y algunos muy robustos hasta nueve arrobas. Apenas se concibe cómo escogen voluntariamente este oficio los jóvenes más fuertes de estas montañas, sin que sean parte a detenerlos la enorme fatiga que les ocasiona una marcha por este país montuoso, de ocho horas diarias, ni los destrozos que hace en la espalda la ruda faena..." .
Con canastos o silletas, transportando carga o personas, los cargueros son el origen histórico de los silleteros, aquellos campesinos que adornan anualmente con sus silletas repletas de flores y motivos las calles de la "bella villa" o Villa de la Candelaria.
La Ruta del Café y la hermandad en Arrieros Somos, Fundadores de vida.
Manizales fue la primera de nueve rutas que comenzaron a recorrer los arrieros. Se inició en la Media Torta, en el sector de Chipre, luego visitaron el monumento a Los Colonizadores y de allí partieron hacia Medellín cerca de 100 arrieros y en 11 días recorrieron 250 kilómetros hasta su lugar de llegada, Medellín, con 129 arrieros.
A medida que los arrieros iban pasando por las poblaciones de Caldas, su hermandad fue incrementándose, ya que se unían caldenses y antioqueños en la misma tradición e identidad cultural, y es que a pesar de ser dos departamentos diferentes, el arriero es una sola hermandad. Su manera de hablar, vestir, de arrear, es único en su modo de ser y habitar este mundo.
Los arrieros de hoy conservan mucho de los del pasado. Precisamente por su trabajo son andariegos, rebuscadores, pícaros, vivarachos, habladores, enamorados, responsables por la carga, pero sobre todo trabajadores y afectos a la vida familiar y social.
Aunque no van descalzos como lo hacían muchos de los antiguos o con alpargatas o quimbas, que eran comunes en esa época (siglos XVlll y XlX) sino que hoy calzan zapatos, botas y hasta tenis, pero la indumentaria de hoy es básicamente la misma de sus ancestros.
Referencias: Sobre los propios hombros. Gobernación de Antioquia.
Fernando García Cuartas
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