Pildoritas de inquietud
Señor Director:
Como lego ciudadano creyente de la palabra infinita de Dios, entiendo que Jesús en su sabiduría nos dejó el sorprendente mensaje iluminador del mundo: "Conoce la verdad y ella os hará libres". También en sus enseñanzas preparatorias de sus apóstoles les decía: "aprendan menos y comprendan más"...
Según lo anterior, en mi minúscula capacidad de comprensión circulan inquietudes de las cuales quisiera saber la verdad y comprender el por qué ciertos comportamientos ocultan la realidad.
1. El Padre Nuestro fue la única oración inspirada y enseñada por Jesús. El periódico católico del 22 de febrero dice, que la expresión que figura en el misal "Venga a nosotros tu reino" no concuerda con la narración de los evangelios que dice "Venga tu reino". Aclara que la expresión del misal pide el reino solamente para los hombres, mientras que la de los evangelios pide el reino para todo el Universo.
2. Los Evangelios de Marco y Lucas cuando narran el nacimiento de Jesús dicen que María dio a luz su primogénito. De ser así quiere decir que tuvo más hijos; porque además fue casada con José y ese no fue un matrimonio simbólico sino real.
Otros documentos de más completa y pormenorizada información libre de tapujos sobre la vida y enseñanzas de Jesús, narran que la Virgen fue concebida por el Espíritu Santo cuando José y María estaban comprometidos para matrimonio (eran novios), pero después nacieron: Santiago, Miriam, Martha, Amós, José, Judá y Rut. Jesús tenía que vivir como miembro de cualquier familia, ya que tenía que conocer todos los componentes de la sociedad a la cual venía a salvar. Tenía la naturaleza Divina por parte del Espíritu Divino y la Naturaleza Humana por parte de María. ¿Por qué solamente el morbo característico de los encargados de enseñar la verdad la ocultan?
3. Los evangelios de Marcos y Lucas dicen que el espíritu llevó a Jesús al desierto. Cabe preguntar: ¿Cuál espíritu? Si fue el Espíritu Divino, Él no iba a entregar a Jesús al enemigo. Si fue el Diablo; Jesús no era manejado por Satanás. Jesús era autónomo, con la mente espiritual pura, iluminada por la verdad del padre; luego, no podría ser manipulado por el diablo.
Tampoco Jesús estaba ayunando; solamente se había retirado a orar en el monte Hermón para pedirle al padre y recibirle instrucciones sobre cómo debía afrontar los enemigos que tenía que vencer. Allí, el joven Juan Marcos, hijo de Marcos, el dueño de la casa donde posteriormente se celebraría la Última Cena, le llevaba la comida hasta cierto sitio acordado por él y Jesús. Como la mayoría del tiempo lo gastaba en la oración y comunicación con el Padre, dejaba de comer; pero no por mito religioso como sucede también con la abstinencia de carne que en ninguna parte de las enseñanzas de Jesús fue ordenada por Él.
Del señor Director, atentamente,
Euclides Manrique
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