Manizales "Segura"
Señor Director:
Seguro(a), del lat. Securus. "Que no corre peligro". "Del dicho al hecho, hay mucho trecho". La paremiología nos enseña todo este cúmulo de experiencias que están escritas en las páginas del libro de la vida.
La intención de colocar un gravamen a la telefonía fija, quizás nació con sana intención, pero se cometieron errores crasos (lat. Crassus) que contaminaron esa buena intención.
Se comenta que se liquidará Manizales Segura. Quienes tenemos el privilegio de calentar nuestros pies "turistiando" por las calles de nuestra hermosa ciudad, somos testigos de la inseguridad y hasta hemos sido víctimas de atracos en varias ocasiones. ¿Para qué ha servido Manizales Segura?, nos preguntamos los ciudadanos del común. Desde luego que razones y argumentos de sus gestores y ejecutores se dan a diestra y siniestra aplaudiendo con pies y manos la seguridad de la ciudad. Quien no está sobre la parrilla caliente, no siente el ardor que sí experimenta quien se encuentra ahí sentado. Manizales Segura, resultó inane en un alto porcentaje como estrategia de seguridad y es una verdad incontrovertible.
Quienes administran la ciudad, poco o nada saben en forma directa de las afugias de los ciudadanos que los elegimos en particular y de los habitantes en general.
Tantos ires y venires sobre Manizales Segura, no deben ser gratuitos o simplemente críticas o insatisfacciones de oficio, algún fundamento debe tener, mirada desde una óptica muy elemental.
¿Errores?, claro que sí. Se visualizó como una panacea que curaría las causas intrínsecas de la violencia adoptando medidas muy superficiales que son superadas por la audacia y la logística de los delincuentes, olvidando que mientras que haya tanta desigualdad y tanta inequidad, no se extinguirá la violencia. Es casi seguro, que una sociedad que tenga satisfechas sus necesidades primarias, necesariamente bajará su índice de violencia y en consecuencia, el índice delincuencial. La sabiduría de quienes han escrito con letras de oro en las páginas de la experiencia, nos enseña que "barriga llena, corazón contento", concepto que, o no lo conocen o no les interesa a quienes tienen el sagrado deber ético-moral y legal de administrar para crear un mundo feliz para sus gobernados.
No se pensó al crear el impuesto, que en los estratos 1, 2, 3, hay muchos y muchos teléfonos fijos y que si los tenían, también deberán pagar el antipático impuesto cargándoselo a los estratos 4, 5, 6. Esta exclusión aparentemente muy humana, es poco creíble viniendo de una decisión tomada por organismos que siempre gobiernan en contra de los intereses populares. ¿Demagogia?
¿Dónde queda la equidad (lat. Aequitas) como justicia natural? Debió hacerse un censo y el resultado habría sido sorprendente, miles y miles de teléfonos y muchos, por decir lo menos, con capacidad de contribución. Ignoran nuestros legisladores y gobernantes que en los estratos 1, 2, 3, existen personas con mayor capacidad económica que en los llamados estratos altos y que están en estos sectores por conveniencia. Si se aplicaran los gravámenes a todos, la carga impositiva sería menos onerosa para los llamados estratos altos y se empezaría a generar la cultura de incluir a todos los ciudadanos como habitantes comprometios y no "excluidos" de la ciudad.
Esperamos, y es vox populi, que en un acto de sensatez, el Honorable Concejo Municipal y nuestro señor Alcalde, deroguen este impopular impuesto y que quienes pagamos el pato por tantos años, podamos recitar con alborozo: Requiescat in pac.
Cordialmente,
Elceario de J. Arias Aristizábal
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