El habla popular en el Gran Caldas
Señor Director:
El “Diccionario del habla popular en Caldas”, cuyo autor es Gerardo E. Ramos Marín, doctorado en literatura latinoamericana, es un vocabulario sobre el lenguaje del marginalismo, que se expresa verbalmente en “Por los caminos caldenses llegaron las esperanzas/ de caucanos y vallunos, de tolimenses y paisas/ que grabaron en Colombia, a golpes de tiple y hacha,/una mariposa verde que les sirviera de mapa”. Como lo describe magistralmente el compositor caldense para esa época Luis Carlos González Mejía en su poema “Por los caminos de Caldas”.
Se dan variaciones muy marcadas, hasta el punto de que el mismo término llega a tener acepciones diversas de acuerdo con la región de procedencia, ya sea caucana, tolimense o paisa, ej: Chamba, en Antioquia, es herida profunda hecha con arma cortante, en Caldas significa “trabajo”.
La lengua popular es uno de los elementos que contribuye enormemente a las estrategias para encontrar una identidad regional o nacional. La lengua común es un medio decisivo para separar las culturas regionales de las del mundo exterior y para la cohesión como grupo, creando identidad propia.
En Caldas, varios escritores en vez de escribir en “lengua oficial”, se podría decir que escriben en “caldense”, para definir así su naturaleza lugareña y provincial como Rafael Arango Villegas, Juan B. López, Adel López Gómez, Luis Donoso (Roberto Londoño Villegas) y José Fernando Corredor que son la excepción a la tradición de grandilocuencia dominante en el paisaje literario caldense según apunta Gerardo Ramos M., pero si nos atenemos a León Tolstoi en su frase “pinta tu aldea y pintarás el mundo”, también estos escritores caldenses son universales.
Si se analizan las sentencias y refranes se concluye que el pueblo, con gran sabiduría ha tejido una inmensa red que sirve de testimonio del saber que es patrimonio inmaterial del alma nacional, ya que la literatura se ha definido como la expresión del alma de los pueblos.
Rufino José Cuervo hace la distinción entre el lenguaje popular y el vulgar “A la manera que sobre el lenguaje popular común, usado en la familia y en el trato de cada día, se levanta el lenguaje literario y erudito, así debajo de él va el lenguaje vulgar”.
Glosario: Ábrase, arepiérdase con chocolárguese y parváyase: Desocupar un lugar ante el acoso de la autoridad; abrochar: Acusar a una persona de algo que no hizo o tener cópula con una mujer; achacoso: Viejo-pobre; achantado: Aburrido; algo: Alimento que se toma al promediar la mañana o la tarde, las onces de los capitalinos; amá y apá: Aféresis de mamá y papá; bajarse: Desprenderse de algo por amenaza de un ladrón; burundanga: Bebedizo con escopolamina; cagadero: Sitio o pueblo aburridor, a propósito, en una entrevista a Gabriel García M., cuando le preguntaron por su patria a Gabo, ¿usted dónde se quiere morir?, respondió: “No vale la pena ni vivir ni morir en este cagadero”, así era como se refería a Colombia; cacharro: algo gracioso; caché: De clase; campeche: Campesino; conejiar: Escapar sin pagar la deuda; cositero: Persona que se enoja por pequeñeces; chéchere: Cosa de poco valor; chanda: Sarna-mal olor; dumbo: Orejón; floripondio: Afeminado- loca; gumarra: Gallina; hijueldiablo: Exclamación- caramba; hacer pistola: Engañar; machucho: Tacaño; ñurido: Montañero; izque: Dizque; jodido: Osado; lana o rúcano: Dinero; lagarto: Adulador en busca de un puesto por política; macancan: Muy grande; pinche: Orgullo exagerado, pinrieles: Zapatos; sacarle la leche: Trabajar en exceso y revirar: Responder de malas maneras.
Frases y dichos: Algo es algo, peor es nada, al que le caiga el guante, que se lo chante, alzarse la bata: Salir de parranda; estar bejuco: Bravo; ahí si hay cacao: Excelencia de una persona o cosa; me importa un bledo: No me interesa; Uy que curvas y yo sin frenos: Piropo; a boca de jarro: Decir algo sorpresivo; tener cutupeto: Miedo; mover el esqueleto: Bailar; el mono jaramillo: El sol; sacar el juste: Evitar a alguien o algo; echar mano: Capturar; pagar el pato: Sufrir las consecuencias por algo mal hecho y pistiar: Observar con detenimiento.
Fernando García Cuartas
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