De reformas y otras perlas
Señor Director:
Hace cerca de veinte años, cuando aún pertenecíamos a la Sociedad de Mejoras Públicas de Manizales, presenté un proyecto, no es bueno hablar de uno mismo, relacionado con el traslado de la galería de la ciudad, lo que automáticamente conduciría a un mejora ambiental y social de la zona.
El mencionado proyecto, además de ser sencillo y práctico facilitaría la comercialización de los productos que allí se mercadean y a la vez se le daría una oportunidad a la juventud para practicar algunos deportes.
Se trata de lo siguiente:
Erradicar la galería de la zona que actualmente ocupa, y esas instalaciones se dedicarían para centros de instrucción deportiva bajo techo, donde se practicarían deportes como patinaje, baloncesto, voleybol, tenis de mesa, ajedrez, lucha libre, boxeo, y no sé cuántos deportes más.
Se preguntarán: ¿Y la galería? Simplemente se construirán cuatro centros de acopio o pequeños centros de distribución de los productos que hoy aparentemente se venden o comercializan en la actual galería. Estos centros estarían situados en los cuatro puntos cardinales de la ciudad, o donde estratégicamente le presten un mejor servicio a la comunidad.
La necesidad de trasladar la galería de la actual ubicación se viene dando y si no lo creen, observemos como los alrededores de la misma se encuentran invadidos por puestos al aire libre, lo que dificulta el tránsito por allí.
Pero, el desplazamiento es tan notorio, que ya nuestra carrera 23, además de la invasión de toda clase de comercios o centros de distribución de lo que se quiera adquirir, ya se encuentra invadida por ventas de verduras y frutas de tal magnitud, que hay sitios donde los andenes no pueden ser utilizados por los transeúntes.
Qué bueno señor Alcalde, que pudiéramos ver en el transcurso de su administración una solución a este problema, que ha convertido la carrera 23 en una sucursal de la galemba de Manizales.
Si alguna vez conocieron la ubicación de la galería de Pereira y ven ahora en lo que se convirtió esa zona aberrante como era, en centros comerciales y de vivienda de primera calidad. Si Pereira lo pudo “hacer”, ¿por qué Manizales no? Los comerciantes de Pereira eran más intransigentes que los nuestros.
Pablo Hoyos Mejía
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