Cosas de la democracia
Señor Director:
Nace un nuevo año y con él una nueva definición para la democracia y una nueva forma para la interpretación de la ley, interpretación que, si bien ya escuchamos en el pasado, ahora recobra vigencia con lo que en Venezuela se configuró y que, sin duda alguna, tomará fuerza en el futuro. Es la nueva hermenéutica.
En el pasado ya habíamos escuchado una interpretación diferente de democracia, interpretación que le otorga a un puñado de individuos la capacidad de determinar quién puede gobernar y bajo qué normas. De esa interpretación proviene la hegemonía de los hermanos Castro en Cuba, dado que ellos, y solo ellos, estaban, y están aún, en capacidad de gobernar sobre la totalidad de los habitantes de la isla. Cosas de la vida que en ese país fueron aceptadas por quienes optaron por conservar su pellejo, así se encontraran sometidos por la fuerza y el miedo de perecer en el paredón, si manifestaban su desacuerdo, ya que el pueblo eran otros con prescindencia de ellos. Tras 60 y más años, ahora pueden salir de su país con cierta dosis de “libertad”. O me equivoco, porque ayer solo algunos podían libremente salir, porque solo esos “algunos” son el pueblo que allí gobierna, para conformar su propia definición de democracia y pueblo.
Pero como la modernidad nos avasalla, ahora el pueblo, con prescindencia de los otros que no son parte de ese pueblo, puede tomar posesión en nombre de quien no puede hacerlo, tal y como lo vimos en Venezuela hace solo unos días. Y, los poderes de la nación, en los que el pueblo manda, pues han determinado que ese pueblo, puede modificar la ley e interpretarla de conformidad con el mejor acomodo para ese pueblo. Qué carambas, para eso ganaron las elecciones y el hecho de ganar permite modificar la determinación de ser gobernados por uno de sus integrantes, el elegido, y pasar a ser conducidos por “un” otro. Claro que el pueblo toma posesión del cargo y jura cumplir con la constitución y las leyes, así de salida se viole lo determinado en ellas. Vaya, el pueblo manda y punto. Es algo confuso, es cierto, pero a la hora de interpretar la ley, pues se interpreta según lo determine la necesidad y el día. Mañana podremos ver otras manifestaciones de la voluntad de los que tienen las riendas del país. Perdón la voluntad del pueblo.
Es cierto, algo va de Cuba a Venezuela, pero…
De otra parte, los mismos que hoy hacen estas cosas en Venezuela y los que las refrendan en ese país y en los países vecinos, esos mismos se rasgaron las vestiduras cuando en Paraguay juzgaron a su presidente y como resultado de ese juicio, le revocaron el mandato por 39 votos contra 4 motivados por el mal ejercicio del cargo. Creo que eso está establecido en las leyes de ese país, y así no me guste lo que allí hicieron, un juicio sumario, lo hicieron bajo el imperio de su ley preestablecida constitucionalmente.
Igualmente se rasgan las vestiduras los que hoy atacan al presidente Uribe al haber conseguido su reelección estando al frente del gobierno, y ni qué decir del voto que, dicen, consiguió mediante la Yidispolítica, para el cambio del famoso articulito. Ah! Vaya. Cómo pudo ser que Uribe se atreviera a buscar su reelección de manera tan proterva y cambiando la constitución mediante artimañas de ese tenor para luego ser reelegido por esas mayorías, en nada comparables con las de Venezuela y Cuba, países dignamente democráticos y progresistas. Cosa intolerable y qué gran afrenta a la democracia.
Claro que hay que ser verdaderamente demócrata y fundamentalmente progresista, para que las cosas que otros hacen mal puedan hacerse bien, bajo la bendición del pueblo. Basta ser demócrata y progresista, frase que conjuga el abracadabra que da vía libre a establecer, por obra y gracia de unos pocos, lo que le es dable ejecutar en nombre del pueblo.
Aleluya. Aleluya. Cada día aprendemos algo del mamertaje. O si no, preguntémosle a Petro, él sí es demócrata y progresista como Chávez, Ortega, Evo y los que les siguen.
Entre otras cosas, cuan cierto lo dicho por el señor embajador de Panamá en la OEA, con quien coincido en que es mejor cerrarla, ya que allí también la democracia, para lo que fue creada defender, tiene visos según el cristal con el que se le mire.
Hernando Arango Monedero
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