Intoxicados en la calle
Las 25 personas que resultaron intoxicadas el pasado sábado en Manizales por comerse un arroz con pollo comprado en un puesto callejero dejan varias lecciones para mucha gente. En primer lugar para las autoridades sanitarias, pues es evidente que faltan controles y que la forma de preparar y comercializar alimentos en sitios callejeros no es la mejor. Luego para los ciudadanos, que deben ser mucho más cuidadosos a la hora de elegir dónde compran comida, y finalmente para los vendedores, pues aparte de las condiciones higiénicas de los ingredientes y su preparación deben ser mucho más rigurosas, y más con una carne tan delicada como la del pollo, la salud de sus clientes es vital. Ojalá no se repitan estos casos.
Más aseo a los fieles
Las celebraciones de Semana Santa en el morro Sancancio en Manizales llevaron a miles de fieles católicos a este lugar en busca de recogimiento y oración, lo que está muy bien. El problema, como lo evidencian las fotos publicadas ayer en este diario, es que no todos acompañan sus sentimientos con una apropiada actitud de orden y aseo, por lo que las basuras y las velas dejan una huella indeseable. Lo peligroso del asunto es que, como lo advierte un oficial del Cuerpo de Bomberos, los desechos de parafina pueden desatar incendios en una eventual ola de calor. En próximas oportunidades sería conveniente una campaña de concientización para unas peregrinaciones más seguras y limpias.
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