¿Accidentado el patrullero?
No hay que ser muy suspicaz para hacerse varias preguntas sobre la muerte del patrullero caldense Jairo Díaz, en confusos hechos en el norte de Bogotá. Después de que inicialmente se dijo que había aparecido en una bolsa en un caño y con signos de tortura, Medicina Legal afirma que habría muerto accidentalmente, hace diez días, al caer al fondo del caño. Es curioso que el cadáver haya aparecido, sin el chaleco antibalas, en un lugar en el que ya había sido buscado, que sus compañeros policías lo hayan dejado solo cuando llevaba apenas nueve días en la zona y que su desaparición ocurriera luego de participar en un operativo en contra de la banda Los Pascuales. Tanta confusión debe ser aclarada.
Cojea la salud
Cuando en todo el país se promueve hoy una movilización para exigir que se respete el derecho de los colombianos a la salud, en Caldas se conocen dos casos de posibles abuso y negligencia frente a pacientes que han sido víctimas de un sistema que cojea y que cada vez está más cerca del descalabro. Por un lado, un joven salamineño de 25 años murió desangrado, luego de recibir en la cara un fuerte golpe con un ladrillo, durante una riña. El paciente fue atendido, pero falleció esperando una remisión a Manizales. En el otro caso una IPS que le entregó una prótesis para una pierna a un paciente ahora le exige su devolución porque la EPS no la ha pagado. Hay que acabar con estos absurdos.
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