¿Habemus papam? Sale humo blanco de la casa blanca, humo imperialista, machista y racista. Pero blanco. Inalterado. Puro como el del papa. Casi pensé que era el Vaticano. Un humo así, que no está contaminado de razas malas. De emigrantes, de mejicanos, de negros, de mujeres. Sale humo blanco con un toque de entusiasmo por aquellos a los que les prometieron un muro de unos 50 mil millones de dólares para mantener esa impureza fuera de sus bordes.
Que viva la democracia. Que vivan las mentiras y la desinformación. Hagamos que la gente vote con odio, así con pasión. Odio a los refugiados de la guerra en Inglaterra, rabia contra un “castro-chavismo” en Colombia, rabia con los latinos como yo en Estados Unidos, como si todos lleváramos droga. Que se vote en contra de los de Siria, en contra los musulmanes; a los cuáles el presidente electo de Estados Unidos les dijo que se les debería prohibir la entrada indefinida al país, inclusive los ciudadanos.
Pero ganó un multimillonario. O tal vez uno ni tan multimillonario, pues no paga impuesto a la renta. Tal vez ambas afirmaciones son ciertas, combinadas con una gran dosis de corrupción y ligeras ayudas a sí mismo financiadas por su fundación para “la caridad”. Cinismo. Pero qué se puede decir de un hombre de éxito, qué se puede decir del presidente electo de los Estados Unidos de América, persona que podrá estar en los billetes verdes guardados en baúles en todas partes del mundo como reservas. Una persona poderosa, íntegra y capacitada. Así es como uno se imaginaría la persona elegida por la mayoría del país más rico del mundo.
Ayer estuve en una conferencia de Pepe Mujica en Bolonia, Italia donde dijo: “No me preocupa Trump, porque Trump pierde esta noche. Me preocupan los que lo siguen, porque esos quedan”. Se le apreció su confianza en la sala, pero no fue esto lo que se mostró en las urnas. Las urnas mostraron una ignorancia colectiva. La masificación del hombre blanco sin educación universitaria, perfil más frecuente en los votos del magnate inmobiliario.
¿Pero por qué los pobres? Es triste seguro, que los más pobres voten por alguien que en su plan económico está reducirles los impuestos a los ricos y así incrementando la desigualdad; dejándole la carga de financiar los bienes comunes como las guerras, la educación y los hospitales a la clase media y a los pobres. Curioso que la mayoría de los votantes de Trump, pobres como los sudamericanos que ellos tanto odian, justo después de votar no tenían ni idea de su plan económico. Será que no habían visto, o no habían entendido los debates. Su Dios lo sabrá.
Tal vez la información no es lo nuestro, ni lo de Gran Bretaña, ni lo de nadie, pues esa no es la democracia que vivimos hoy en día. Tal vez los debates, la información, la discusión de opiniones políticas y económicas es algo de las universidades, de gente que no tiene nada más para hacer, de esos cansones como yo que se atreven a tocar el tema de política en familia, en Facebook, en Twitter. Esos que perdemos seguidores y amigos en redes sociales, esos que no logran comprender que a nadie le importa la opinión de nadie. La conversación informada tal vez sólo es para ellos, lejos de las urnas.
Todo pasa mientras las masas no discuten, pero repiten. Repiten mentiras, falsas retóricas, llenas de odio y sentimientos, pero carentes de argumentos. Sin embargo, hablar de soluciones no es algo utópico. La democracia debe y tiene que ser cumplida en una forma que se evite que el debate tome enfoques irrelevantes. La solución es que haya alguien o algo que asegure que las campañas promocionen propuestas basadas en verdades, en información, sin apelación a falacias o a sentimientos, sobre todo al miedo y al odio en bases engañosas.
O será tal vez la democracia es un mecanismo que asegura que no somos gobernados mejor de lo que merecemos y lo mejor es no cambiarla. ¿Será que Colombia merece mantener en guerra por el ego de un insensato? ¿Será que Estados Unidos merece sólo esto? ¿Merece tener como la persona más poderosa del mundo a un impulsivo, inhumano? ¿Será eso es lo mejor que merece este país? El centro del mundo, el país con el hombre más rico del mundo, el país líder mundial en investigación, en universidades, en premios Nobel, en juegos olímpicos, en innovación, en tecnología. ¿Este país lo máximo que merece a Donald Trump?
¿Merecerá un líder déspota, prepotente y mentiroso? alguien que ha alardeado de asaltar sexualmente a mujeres, es alguien que ha dicho que algunas de las 14 mujeres que lo han denunciado por abuso sexual no son lo suficientemente atractivas para él abusarlas sexualmente. Alguien que acusó a Obama de haber nacido en Kenia, alguien que dijo que el calentamiento global era “una farsa perpetrada por los chinos”, alguien que dijo que John Mccain no era un héroe de guerra porque fue prisionero. ¿Será que tan malos han sido los gringos? No creo que tan poco merezcan.
Ahora será esperar que el magnate reconsidere sus propuestas de construir un muro en la frontera con Méjico. Que no obligue a los militares del país a cometer crímenes de guerra y matar arbitrariamente a las esposas e hijos de terroristas como dijo que haría. Será esperar que deje su arrogancia y su actitud degradante a países latinoamericanos y del medio oriente para mantener una paz y prosperidad mundial. Y que esto haga que los mercados financieros que se desplomaron recuperen la confianza poco a poco. Yo como latino, minoría en Estados Unidos, al igual que los negros, las mujeres y musulmanes; tendremos que aceptar vivir en un país en el cual hay discriminación que empieza desde el jefe de estado y es alimentada por una mayoría.
Pero igual como diría Mujica, el presidente puede cambiar o perder, pero la gente queda. Cuarta vez este año el mundo demostró que la ignorancia y el miedo están ahí presentes, listos para ser apelados por cualquier bárbaro, con las intenciones que sean, con la experiencia y el perfil que sea, para ganar votos en masa y llevar a este mundo a donde sea que a sus intereses le plazcan. No se confundan ganadores, pues esta NO es una democracia, sino el fallo de ella. Es evidencia de lo grande que puede llegar a ser este problema si seguimos que se permita insultando a la democracia ganando votos de esta forma, esparciendo odio por el mundo.
Que Dios nos bendiga, que Dios bendiga a Estados Unidos de America.
Martin Jaramillo López
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