Escrito con Janeth Cruz Hoyos.
Otra de las decisiones que debemos tomar a la hora de ver películas, ya sea en salas o cuando vamos a verlas en la casa, es si escogemos la versión doblada o la subtitulada. Últimamente sobretodo en las películas más comerciales llegan las dos versiones y las que se rentan o se compran casi siempre tienen esa opción. Pero ¿cuál es mejor?
Pues la opinión está dividida, cada uno tiene sus argumentos, unos más pesados que otros; los que defienden el doblaje dicen que es mejor porque permite estar atento a los encuadres y la acción en la pantalla, que respeta el trabajo de arte, montaje, edición porque no contamina la imagen. Unos prefieren, por ejemplo, ver las películas de terror dobladas pues al estar concentrado en la pantalla y no en la lectura la posibilidad de ser asustado aumenta al no perderse detalle. Un argumento más fuerte es cuando los asistentes son iletrados o tienen alguna discapacidad, el doblaje permite en este caso que incluso ciegos puedan ir a “ver” un filme sin problema. Otros dicen que el ritmo de lectura del espectador nunca será ni siquiera cercano al ritmo de expresión de los actores.
Bueno eso es por un lado pero por el otro quienes defienden los subtítulos dicen que es un total irrespeto alterar la banda sonora original; que incluso los sonidos de los efectos se ven alterados. Por este lado lo del ritmo de lectura también se aplica al actor de doblaje, muchos están lejos de la actuación original y su expresión se ve reducida. Cuando el cerebro se acostumbra a ver las películas subtituladas la pérdida de los encuadres y la acción de la imagen es mínima, el ojo pareciera que es capaz de recorrer todo el plano sin dejar de leer, ver las películas subtituladas además le da más fidelidad al guión pues doblarlas implica acomodar ciertas palabras y expresiones para ser convincentes y que cuadren con el movimiento de los labios de los actores; obviamente al subtitularlas también hay que cambiar expresiones pero no es tan significativa la variación.
Las voces originales son un aspecto importante a la hora de ver una película ¿quién no ha pasado el canal al escuchar un mal doblaje? Yo sí. Leer rápido es el secreto de los que nos gusta ver películas subtituladas pero es algo que se hace de manera inconsciente, para mí ni siquiera es una limitante para no ver los encuadres o todo el diseño de arte que es fundamental en una película, simplemente todo fluye y la hace más interesante en la medida que puedo escuchar el tono de voz real de los personajes en cada escena.
En las películas de súper-héroes es muy complicado conseguir la versión subtitula o si se encuentra es a horas que es casi imposible asistir: 10 de la noche o 11 de la mañana, esto me imagino que se deba al segmento al que va dirigido que empieza desde los 12 años y pues en Colombia que no existe el hábito de la lectura es mucho más complicado encontrar en las nuevas generaciones alguno que prefiera la versión subtitulada. Por otro lado los que tienen algún conocimiento de idiomas siempre las prefieren en el idioma original y así practican un poco.
Algunos afirman que el cine es acción y que sólo se debe contar con palabras lo que la actuación no permite, pero esto es un tema más conceptual que después miraremos con más cuidado.
Es de gustos, cada uno defiende lo suyo, pero estos polos opuestos tienen un lugar de encuentro: las películas infantiles. Cuando hablamos de filmes para niños la discusión se disuelve. Incluso eso lo tienen claro las grandes productoras que poseen estudios de doblaje propios y trabajan en múltiples idiomas. Las películas infantiles en Latinoamérica tienen un público fiel, para estos doblajes se buscan acentos neutros que no encasillen la película en una zona específica pues permiten acercamiento de forma casual, casi cotidiana, al espectador que no necesita mucha información para enamorarse de los personajes, sólo un buen doblaje donde los movimientos de los labios sean lo más convincentes posibles con lo que se está escuchando. La ventaja: que América Latina se cubre con un solo doblaje, excepto Brasil y Las Guayanas.
¿Y los españoles? eso es otro cuento, en Colombia odiamos los doblajes ‘españoletes’, en eso no hay discusión, es horrible. Y nos venden la idea de que ellos aman los doblajes, pero esto tiene su trasfondo, allá el tinte es más político que otra cosa, pues todo se debe a Franco que impidió que se proyectaran películas en otros idiomas; decía que para defender las tradiciones y el lenguaje español, pero también para controlar ideas políticas del extranjero, igual pasó con Mussolini en Italia y así en muchos países donde la guerra afectó por todos los lados a la sociedad. La gente del común se acostumbró a esto y ya. No hay más rollo. Al final la cuestión es de gustos y generalizar es complicado, yo prefiero el idioma original, sea cual sea, y leer ¿y usted?
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