Luego de una charla casual con Thierry, un buen amigo, salieron unos interrogantes que traté de resolver de forma ligera, pero no lo logré, me encontré con más factores de lo que esperaba y este escrito no bastó para analizarlos, por ahora sólo plantearemos el problema.
Para muchos ir a cine se ha convertido en una rutina de fin de semana, es una disculpa para salir con la familia, sirve para entretener a los niños, sobretodo ahora que es uno de los públicos donde Hollywood tiene puestos los ojos, además es tema en las agendas de las secciones de farándula y entretenimiento de noticieros, revistas, entrevistas de radio.
Estas películas de fin de semana y sus personajes se convierten en apodos para compañeros de clase, referentes para comparaciones en discusiones de trabajo, burlas de amigos, fondos de escritorio para los aparatos tecnológicos, adornan las habitaciones con afiches o figuras de acción y esto parece muy normal, nadie se extraña por esto. La parte curiosa del asunto está en la cantidad de gente que fue a
cine a ver estas películas.
Yo pensé en algún momento que la gente de verdad asistía a cine de forma masiva, las filas muchas veces para comprar entradas a estrenos mundiales, promociones de preventa de boletería, el incremento en las funciones y salas de cine comercial; todo esto para después encontrarme que la película más vista en Colombia el año pasado en salas de cine fue la Era del Hielo 4 con 2’955,328 espectadores. A
primera vista esta es una buena cifra hasta que nos ponemos a pensar cuantos habitantes somos en Colombia y para cuantos es tan normal el fondo de pantalla, la entrevista en televisión o tener un compañero que le dicen Shrek.
Este dato lo encontré el periódico del movimiento Mira y extrañado empecé a buscar otras fuentes para compararlo y encontré que con Perú y Argentina las diferencias son mínimas, esta es la lista de las 10 más taquilleras en los tres países:
Comparativamente con el número de habitantes por país los porcentajes de asistencia son mínimos, lo que deja muchas preguntas por resolver, por ejemplo sobre las cantidad de espectadores de películas piratas, o de pronto será que la gente espera para verlas en televisión o lo hacen en Internet, o será que hay muchos cine clubes que pasan este tipo de películas, aunque yo conozco sólo unos cuantos. Esta reflexión queda en el aire y podemos discutir mucho y llegar o no a conclusiones claras, pero a lo que voy yo es a reflexionar sobre el cine mismo, pensando, sobretodo, en los realizadores locales e independientes que como vemos no salen en el top 10. La lista de las películas colombianas más vistas en el 2012 es esta:
Viéndolo bien no estamos tan lejos de las grandes producciones hollywoodenses, ¿o si? Pues en presupuesto seguro que si, en cantidad de países distribuidas también, en asistencia a festivales, no se, después lo analizamos más a fondo.
El cuento es que no vamos a cine y no creo que la piratería o la televisión o los cineclubes o Internet marquen una gran diferencia, entonces ¿Por qué se nos hace tan familiar el cine? Ya vimos que por las películas mismas no es.
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