En twitter, hace días, me pidieron un nuevo post para este blog; en twitter, hace meses, me ofrecieron escribir en este periódico; en twitter, hace años, Antanas era presidente, como Moreno un criminal.
En twitter nuestro alcalde pone foticos y comunicaditos de prensa que publica, originalmente, en Facebook ¿acaso las redes sociales son nuestro nuevo canal institucional? En twitter su oposición, si así pudiéramos llamarle al señor Mancera (¿Manguera?), hizo acto de desaparición ¿No será que les dimos muy duro, twitteramigos, a uno con la lora de los baldes y los volantes, y al otro con los carrotanques y el Photoshop?
En twitter según las épocas —cada día es una, cada tendencia otra— todos tienen algo por lo que se las debemos montar. En twitter, Carolina Cruz pasó de ser amada a tenida por bruta sin igual, según twitter esa tal Azcarate es una criminal, Arjona debería dejar de cantar, Uribe debería dejar de hablar, Obama debería por siempre reinar, a Piedad se le debería extraditar, a Las Farc exterminar, a los parapolíticos exiliar, a todos los expresidentes callar, a los famosos estalquear [ajá, no ahondemos acá].
Y es que es así: si fuera por twitter el Partido Liberal de Caldas ya habría pedido perdón por la parapolítica, el Conservador por su inoperancia, los de Aeropalestina por ilusionarnos y luego aterrizarnos, los directivos del Once Caldas por hacerle ver al país que en Manizales no pagamos, los de Aguas de Manizales por desmontar el mito de la ciudad del agua y los de Efigas por ser más lentos en la atención al cliente que Uribe mostrando la declaración de renta de sus delfines. Es más, si fuera por twitter no nos preguntaríamos cada año, cada tanto, por qué la justicia en el caso de Orlando Sierra ha sido siempre como tan de mentiras, como tan poquita, como tan insultante.
Según twitter los Protagonistas de Novela es lo único de lo que deberíamos hablar, Escobar es nuestra historia única y real, por todo deberíamos marchar, el país deberíamos cambiar, las citas filosóficas nos deberían guiar [solo las citas ¿quién quiere leer libros teniendo la sabiduría resumida en un tuit?] y a los indeseables los deberíamos bloquear.
En fin, lo que estoy a punto de hacer, según twitter, llámase 'tuitcidio'. ¿Las razones? Me cansé de la montadera, la opinión rápida, la falta de argumentos, el bloqueo intelectual; me cansé del mero uso de palabras. Ergo: me les fui.
¿Me harán falta los buenos chistes? Sí, pero mis amigos para eso siempre están. ¿Me hará falta mi lista de favoritos? Claro, tendré que idear una nueva forma para guardar mis 'pa leer después'. ¿Me harán falta los seguidores, a los que sigo? Ni idea, tal vez me hagan falta unas cuantas buenas respuestas inteligentes y unas cuantas buenas conversaciones de deportes; de todas formas me sigue pareciendo que la nuestra es una sociedad muy intolerante, y los intolerantes no son los míos. ¿Me harán falta mis listas? Esas seguro que sí, la credibilidad no es fácil de conseguir y a mis listados les creo una que otra cosa: twitter no deja de ser un buen sistema de seguimiento de información. ¿Me harán falta los twitteros? Seguro, algunos, pero este barco ya zarpó. Por lo tanto heme 'Aquí, despidiéndome de la twittecracia, maestro, los montadores en masa no son los míos'. Aunque bonita la experiencia, mis barbas se van a quejarse a otro lado.
Con ustedes ex @richitelli
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