Llegué a la oficina y creo que me encontré con un estado de shock casi generalizado entre mis compañeros, lo siento por ellos pero creo que está cerca de parecerse a uno de conmoción social ¿neo-social, social-virtual, virtua-social? qué se yo. Les bloquearon el acceso a Facebook y a Twitter, ¿ahora, quién podrá ayudarlos, perdón, socializarlos?
Digo les bloquearon porque aunque tenía cuentas en estas redes sociales hace unos dos meses las cerré y ya ni 'feisbuqueo' ni 'tuiteo', entonces, no sufro del problema pero sí que sufro por las consecuencias. ¿Qué consecuencias? Pues pensemos: el estado de inmersión en el que muchas personas (lo he padecido, lo he hecho, también) se encuentran cuando están activos dentro de una red social son en ocasiones tan profundos que cambian su comportamiento habitual por actividades y actitudes de más ensimismamiento, más de mi gusto.
Por ejemplo, dejan de pasear de puesto en puesto de trabajo preguntando estupideces y se dedican a revisar, cual espías, cual acosadores, la vida y obra de sus conocidos, contactos y 'amigos'; cosa que pasa también con la vilipendiada actividad del intercambio de chismes, con la interrupción intermitente y poco agradable de la labor de otros para saludar, para querer hablar y con la tan aburridorsísima actividad de comentar el estado del arte de la nación con el primer aparecido; a ver, ¿para eso no están los mensajes privados de facebook y twitter, el chat de facebook, las menciones de twitter y los comentarios de cualesquier publicación, situación o acción existente o por existir? Es decir: creo yo que una buena red social, de verdad buena, es aquella que logra cambiar el comportamiento de sus usuarios para hacer mi vida más fácil, menos bullosa, menos social.
En serio, imagínense ustedes las conversaciones y comentarios del día de hoy: ¡No cargaaaaa! ¿ole, pispirispis, usted tiene internet, seré solo yo? Maldita ballenita ¿Santos se iranizó, digo, ironizó? Si ve, yo le dije a Zuckerberg que no entrara a la bolsa y toma, se quedaron sin con qué pagar las facturas. Ah ¿y ahora? En serio. Ellos y yo, por consecuencia, estamos abatidos. Ahora vendrán más chascarrillos como: ¿y qué más? ¿Qué tal el fin de semana? ¿vio al Once Caldas? Este Petro sí que es mucho pendejo ¿y cómo sé a qué horas irá al baño mi actriz favorita? ¿y qué le digo a mis seguidores, que perdieron mis valiosísimas opiniones de por vida? NOOOO!
Pero, y fuera de chistes, este estado de conmoción está durito. Veamos: "en términos generales, la palabra conmoción hace referencia a un estado de ánimo que se caracteriza por la presencia de elementos tales como desesperación, pánico, angustia, alteración, nerviosismo y stress. La conmoción puede ser generada por diversas causas y puede ser un fenómeno tanto individual como grupal, en cuyo caso las consecuencias pueden ser mucho más graves al generar pánico y descontrol en una cantidad importante de gente." (Bembibre, Cecilia).
Ya me dirán ustedes, amigos lectores, si acaso les ha pasado algo parecido en sus oficinas, si el comportamiento (ese nuevo comportamiento que tenemos desde que la interacción social vía internet es tan común, tan nuestra) dentro de sus entornos ha cambiado ¿ha habido desesperación, una necesidad incesante por conexión, una urgencia por revisar quién cumple años hoy o qué nuevos mensajes hay en el inbox? o ¿ha habido pánico porque en uno de esos mensajes puede estar una próxima oportunidad laboral, digamos? (vea, que no bloquearon linkedin, hombre) o ¿ha habido angustia, una suerte de desesperanza porque ya se olvidó cómo conversar en la vida real, cómo comportarse en un mundo sin internet? Ay Dios, y ¿se ha alterado la rutina, lo primero en hacer ya no puede ser mirar el timeline de uno u otro personaje, o la rutina de nuestros famosos? De lo que sí estoy seguro es que hay algo que cambia, un nosequé nosedónde que no es el mismo. Y todo cambio es bueno, creo yo. Natural, es más.
Ahora, viene el pensamiento empresarial y tecnológico sobre el asunto. Facebook y Twitter perdieron, al menos en mi empresa, con Google +. ¿Por qué? Veamos: En mi oficina gran parte del sistema de correo electrónico es administrado por Google, cosa que permite que en la plataforma de Gmail (y en la nube, su nube) esté almacenado el archivo de correos electrónicos de la compañía. En términos operativos dicho proceso permite que desechemos el uso de servidores, discos duros y cintas para sostener el funcionamiento y hacer backup de la información corporativa, además, permite que tengamos acceso fácil e ilimitado a nuestro correo, chat empresarial, google docs, agenda y todos esos buenos servicios de la gigantezca empresa americana. Además es barato, quién iba a pensar. Pero, en adición, evita que su red social sea bloqueada.
Así pues: si se bloquea Google+ se bloquea Gmail, ergo, si se bloquea Gmail se bloquea el sistema de flujo de información de la compañía, ergo: jugada maestra, jaque mate, pues no se puede, o al menos eso parece, bloquear esta red social ¿conoce usted algún método? Si lo sabe no dude en avisarme, me gustaría experimentar con los googlemásmaníacos. Pero comparemos: Facebook no tiene sistema de correos ni de documentos, tiene un sistema casi único de interacción social y otro más o menos como una agenda (sí, esos cumpleaños y esos eventos) y una base de datos casi incalculable que le hizo creer a sus dueños que dominarían la bolsa una vez debutaran en ella; Facebook, también, está lleno de aplicaciones y juegos dedicados a producir inmersión fanática de sus usuarios. Twitter no tiene sistema de correos, no tiene agenda, no tiene cumpleaños ni tiene documentos; twitter es un alimentador, digamos, de expresiones (de todo tipo: informativas, de opinión, multimediales en tanto enlazadas, expresivas, poéticas... etc) cortas; y sí que hay gente adicta a compartir sus pensamientos ¿no? Unos tenemos blogs, otros hacen propaganda, otros trabajan en medios o en política, a cada trompo su cuerda ¿no?. Google +, en cambio, tiene no solo cosas de la una y de la otra sino propiedades que no tienen estas; puede ser un sistema de interacción social como puede ser un sistema de transmisión continua de información —concisa o no— y está amarrada a un sistema masivo de correo electrónico que puede ser corporativo o no, y que implica almacenamiento en la nube y conexión con documentos y agendas, es decir: se me hace vencedora.
Lo que digo es que bloquear a Google + debe ser un chicharrón de por lo menos unas trescientas patas, y ese, imagino, debe ser su objetivo. Google + ya tiene los usuarios (ha logrado conectar a millones de sus usuarios de Gmail, incluyéndome) pero carece, por ahora, de tráfico másivo de contenido e inmersión de sus usuarios (incluyéndome, también) ¿Cómo lograrlo? Con precisamente eso: contenido, contenido adictivo. Por tal razón, parece también, no veo otra razón, han permitido que desarrolladores de software independientes empiecen a trabajar en aplicaciones para su red social, lo que implicará que a ella lleguen los SongPop's, Sim's, Farmville's y demás Ville's del mundo del facebook (ya tienen Hangout, una suere de remedo mejorado de las Twitcams) y encuentren usuarios (muchos obligados porque sus accesos a FB y TW fueron prohibidos en sus lugares de trabajo, que digo yo: en muchos casos —no en todos— con toda razón) ávidos entretenimiento rápidoy sencillo.
Ojalá pase eso en mi empresa: así tendré menos gente preguntándome: ¿Y qué más?
Richitelli.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015