La muerte del siempre genial Robin Williams nos ha sacudido, se dice que el gran actor se suicidó porque era víctima de una tremenda depresión.
En el mundo 350 millones de personas sufren de esta enfermedad que arroja cifras que dejan sin aliento, para citar sólo un ejemplo en Europa en el 2013 se registraron 60.000 suicidios.
Hace diez años fui víctima de un grave proceso depresivo, fueron días muy tristes, el cuerpo pierde su energía vital, las cosas y personas se ven en blanco y negro, los proyectos pierden razón ser, la amargura y las lágrimas lo ocupan todo, nada tiene sentido; todo esto se acompaña del estigma social que aun existe al respecto, el deprimido delante de los otros debe comportarse correctamente, jamás uno dice: estoy deprimido con la misma naturalidad que se dice: tengo diabates. El deprimido no sólo lucha con la enfermedad si no con un entorno que lo obliga a verse bien.
Recuerdo los reproches de un compañero de ministerio que no podía entender como un consagrado estuviera sumido en tal angustia existencial, para la época esto me producía más dolor porque retaba mi fe, mi confianza en Dios. Con el tiempo, ya completamente liberado, la Palabra de Dios me enseñaba como muchos de los que llamamos varones de Dios pasaron por profundos procesos de purificación que podrían diagnosticar un cuadro depresivo.
Al principio me resistí a ir a donde el psiquiatra, para muchos sólo la fe era suficiente, en secreto busqué un profesional y en pocas sesiones comprendí cosas que en cuestión de semanas me sacaron del hueco.
No quiero parecer infalible, pero con el tiempo y la experiencia acumulada me dediqué a ayudar a personas que como yo pasaban por un momento igual, aquí algunas pista que pueden ayudar.
1. Refuerce su vida espiritual, no se trata de reforzar prácticas piadosas, si no de tener una relación fuerte con Jesús, con el estudio de la Palabra, confiar en la promesas de Dios crean en la mente códigos que cambian la manera de pensar y rompen los paradigmas negativos que quieren dominar los pensamientos. La comunión con Dios es camino seguro.
2. Revise sus rutinas, sus dependencias, sus adicciones: el exceso de trabajo, la idolatría a las relaciones sentimentales, la superficialidad en la vida necesariamente pasan cuenta de cobro.
3. El cuerpo no es cárcel del alma, los sentidos son nuestros amigos, el cuerpo es bendición de Dios, sin seguir los estereotipos culturales que masacran, si debemos cuidar nuestro cuerpo con dieta y rutina de ejercicios, el deporte produce endorfinas que son proteínas que funcionan como neurotrasmisores de placer.
4. Nada más malo que aislarse, la vida en común, la familia, los verdaderos amigos refuerzan la estima perdida, animan y alientan.
5. No tema al profesional de la salud, sea psiquiatra, psicólogo, psicoterapeuta, tenga cuidado de los embaucadores que se disfrazan de expertos. Si es necesario no rehuse a la prescripción médica.
Hasta el día de hoy un episodio como ese no se ha vuelto a repetir, las indicaciones recibidas, el camino de sanación interior recorrido fortaleció mi carácter, me aisló de comportamientos negativos y me hacen gustar de cada día con plenitud.
#LoMejorParaLaDepresionEs
@sirolucas
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