N amira nació en Detroit (Michigan) hace 28 años. Es una de las cofundadoras de MulismARC organización musulmana anti-racismo. Este sueño empezó en el año 2013 cuando un grupo de mujeres y hombres se dieron cuenta de la necesidad de proyectos, a largo plazo, en justicia racial. MuslimARC fue presentada oficialmente en febrero del año 2014 por un diverso equipo de mujeres.
Sus familiares la apoyaron. Su padre, inicialmente escéptico acerca de la capacidad de esta organización de influenciar y generar cambio, la apoyó incondicionalmente hasta antes de morir en el año 2015. Líderes, académicos y activistas le dieron la bienvenida a MuslimARC. Sin embargo, algunos pensaron que dividía a las personas, pese a que la educación racial procura construir puentes y crear mejores comunidades.
La labor de esta organización está inspirada, según explica Namira, en el verso 49:13 del Corán el cual dice, en parte, que los seres humanos fueron creados en naciones y tribus, y deben conocerse mutuamente. MuslimARC realiza foros, debates en internet, cursos, conferencias, talleres, a los que acceden quienes pagan su membresía. Ofrece capacitación en múltiples estados del país y sus discusiones en internet alcanzan audiencias globales. Además tiene un programa nuevo, con seis becarios de todo el país. Este año se han enfocado su labor en Los Ángeles, California, y Detroit, Michigan, hay voluntarios en Boston y Philadelphia.
Por medio de las capacitaciones los miembros de MuslimARC estudian, comprenden el racismo y el privilegio en espacios musulmanes. “Hay sistemas específicos de poder en los espacios musulmanes, incluyendo la Mezquita, grupos de estudiantes, escuelas islámicas, y en organizaciones locales y nacionales. Miembros de ciertos orígenes son vistos como más auténticamente musulmanes y tienen más privilegios de liderazgo, escolaridad, matrimonio, y apoyo comunitario, entre otros (…) En países de mayoría musulmana, hay ejemplos de privilegio, como el maltrato a los musulmanes asiáticos en los países del Golfo”.
Educación comunitaria
Entre los resultados positivos de su activismo, Namira menciona que han contribuido a cambiar las narrativas acerca de los musulmanes. “Más medios, organizaciones y activistas se aseguran de que la representación de los musulmanes sea acertada; además, organizaciones musulmanas están más enfocadas en musulmanes afros y latinos, y en historia musulmana”, asegura.
Los miembros de MuslimARC promueven la justicia racial, la colaboración y el desarrollo para que musulmanes de diferentes orígenes se unan, utilicen su talento, tiempo y riqueza para combatir aquellos daños que los afectan a todos. En su labor hay dos prioridades: amplificar voces marginalizadas y luchar contra la islamofobia sistémica. Namira lucha, pacíficamente, contra la violencia ejercida contra los musulmanes, incluidos latinos y afros, víctimas del odio y la intolerancia. Pero sus preocupaciones van más allá de su propia comunidad.
Ella vive a una hora de Flint (Michigan) donde trabajó como abogada y ahora es voluntaria en dos coaliciones, que se esfuerzan para que las tuberías del agua sean cambiadas y los residentes tengan agua limpia y filtros para contrarrestar los efectos del envenenamiento, en menores de edad y adultos. Como voluntaria llevó agua, puerta a puerta, a los habitantes de Flint durante la más reciente crisis.
En su opinión, uno de los retos más grandes de la sociedad estadounidense es el incremento del dinero en la política. “Hay una creciente brecha de riqueza en los Estados Unidos, con los ricos haciéndose más ricos y haciendo lo que pueden para mantener esa riqueza. El dinero influye en las elecciones, en los medios, educación, gobierno, y en la política de los estados y en la nacional, más y más”.
Namira es abogada, diseñadora gráfica independiente y se interesó por los derechos civiles en la adolescencia mientras escuchaba discursos de revolucionarios. Al hacerse mayor, y ser testigo de las injusticias, se convenció de la necesidad de hacer su parte para cambiar la situación. Los propósitos de su organización son, entre otros, fortalecer las comunidades y trabajar por la justicia para todos. Es una mujer musulmana, estadounidense de origen Bangladesh; estos factores influyen en su forma de ver el mundo.
“Yo me considero una feminista pero agregaría transversal, o musulmana, ya que hay narrativas específicas del feminismo con las cuales no me identifico y que no me representan. Para mí usar el hijab es acerca del empoderamiento. Mi religión es acerca del empoderamiento de las mujeres. Como musulmana, el feminismo es acerca de valorar a la mujer por su intelecto, alma y acciones mas que por su cuerpo o belleza, aunque estas dos cosas son valoradas y celebradas (…) ¿Cuando María, la madre del profeta Jesús, cubrió su cabello y vistió ropa holgada ¿es eso intrínsecamente opresivo? El Hijab es acerca de la modestia para ambos, mujeres y hombres (…) En un mundo que valora la mujer por su apariencia, escoger removerse de la mirada masculina es empoderamiento. Para muchas mujeres en el mundo cubrirse es una opción, una que es muy personal y significativa”, explica Namira Islam, directora ejecutiva de MuslimARC.
Por @vozdisidente
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015