María Inés es comadrona hace 36 años y hace parte de la Asociación Comadronas de Vida de Guatemala. Las comadronas, en la cultura Maya, son lideresas o médicas ancestrales. Ellas prefieren esta palabra, que nace de la cultura Maya, en cambio de usar la palabra partera porque esta última viene de la cultura occidental.
Ella y todas las mujeres que trabajan allí heredaron este conocimiento a través de los abuelos y las abuelas por medio de los sueños, visiones y el don espiritual que traen al nacer. En su país existen 23.197 comadronas y un sub-registro de más de 60 mil. Las regiones con más comadronas son Mam, Ixil, Cachiquel, Quiché.
Aunque a nivel nacional no se promueve la labor de las comadronas, pues no se les considera un actor clave en el sistema de salud en la atención materna neonatal, esta práctica ancestral se incentiva en las comunidades. Ser comadrona dice María Inés es muy importante. “Serlo nos permite acompañar, orientar, atender, y aconsejar, tanto a la mujer como a la familia en la atención de la salud materna neonatal sin ánimo de lucro, sin importar las dificultades que esto conlleva”, explica María.
Las comadronas no traen niños al mundo, únicamente ayudan a que vengan al mundo, pues el parto es algo natural para lo que la mujer está preparada y ellas protegen, cuidan a la mujer y al bebé en el momento del parto. Las comadronas empiezan su labor muchas veces desde los 15 años, de forma empírica sin estar registradas en el sistema de salud por carecer de documentos, muchas están entre los 30 y 75 años.
Las comadronas desarrollan esta práctica ancestral en los cuatro pueblos que existen en Guatemala, el pueblo Maya, el Garifuna, el Xinca y el “mestizo” estos están situados en los 340 municipios; y 22 departamentos que componen Guatemala. Las mujeres de esta organización han atendido aproximadamente 2 mil nacimientos cada una. Tener un parto acompañada de una comadrona es recomendado por su atención humanizada, limpia y segura.
Ellas realizan su trabajo en las comunidades a las que pertenecen o sea atienden los partos domiciliariamente. La cultura hace parte de su atención, son reconocidas y aceptadas; y se convierten en confidentes de las familias. “El Respeto, amor, servicio, tolerancia, humildad, responsabilidad, honradez, y honestidad nos caracteriza. Además para ser comadrona se requiere nacer con el don ancestral y estar dispuesta a recibir una preparación y orientación adecuada”, añade María. Su trabajo se fundamenta en la honradez, la solidaridad, la ética, la lealtad, la responsabilidad y la constancia en sus labores por el bienestar de la mujer.
* Marta Saloj, Febe Guarcas y Aura Xata son otras comadronas que participaron en esta entrevista.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015