"La ética no tiene nada que ver con el derecho"

Es cierto que el derecho y la ética son cosas diferentes, así como es diferente la calle del andén, un árbol del pasto o un carro de un tamal. Esa distinción no tiene nada de raro. Así que no tenemos otra opción que aceptar una de las afirmaciones de Abelardo de la Espriella: “estoy diciendo que son dos ordenamientos diferentes, una cosa es el derecho y otra cosa es la ética”. Eso es sencillo, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Lo difícil es establecer cómo se relacionan. Aunque ese punto también parece ser evidente para de la Espriella, “la ética no tiene nada que ver con el Derecho”, dice, no hay relación entre ambos. Y no lo menciona una sola vez, por radio, sino que lo deja por escrito, para fortuna nuestra, en una columna que pueden encontrar en el siguiente vínculo:

http://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/derecho-etica-y-moral-187608

Tanto en la entrevista radial como en la columna deja entrever una actitud de desprecio por  aquellos que no son abogados. Parece que –como muchos– considera que esa es la profesión más inteligente y culta que puede ejercer un ser humano. Es extraño, entonces, que dicha profesión no le haya permitido darse cuenta de uno de los grandes debates del derecho actual: ¿cómo hacer que exista una sociedad justa, teniendo en cuenta que los ciudadanos que la conforman tienen diferentes posturas éticas, muchas veces contrarias entre sí? En los propios términos de John Rawls: “¿cómo es posible que pueda existir a través del tiempo una sociedad estable y justa de ciudadanos libres e iguales profundamente dividida por doctrinas religiosas, filosóficas y morales, razonables, aunque incompatibles entre sí?”

Lo anterior muestra que sí hay por lo menos una relación entre el derecho y la ética. El derecho contemporáneo se desarrolla en medio del conflicto por la pluralidad de las sociedades, donde coexisten posturas éticas diferentes, condición que se convierte en un reto para él. Si no hubiera ninguna relación entre el derecho y la ética, daría lo mismo ser legislador o juez en una sociedad de creencias morales completamente homogéneas (como es el caso de los Estados que admiten una sola religión) que en una sociedad en la que se presentan varias doctrinas comprensivas, como la nuestra. Y no da lo mismo, como es evidente.

El argumento del señor de la Espriella, que tenía la intención de luchar contra “la falsa apreciación de una sociedad que está acostumbrada a la mentira como forma de vida”, falla en ese punto. Es preferible aguantarnos la decepción que genera el hecho de que esta vez no haya logrado iluminarnos con su saber, y admitir, para continuar con el debate que él mismo propone, que hay por lo menos una relación entre el derecho y la ética –incluso, me temo, hay más de una–. Hasta este punto no creo que la discusión sea mayor, pues se está definiendo una relación a partir de un conflicto, cualquiera que sea la posición que se asuma en el mismo.

No alcanzaríamos a abordar el tema de las otras relaciones entre el derecho y la ética, a parte de la que se ha descrito, pero el resto de este párrafo es suficiente para plantear un interrogante que surge ante otra columna del abogado Abelardo de la Espriella ( http://www.elheraldo.co/columnas-de-opinion/derecho-paz-minorias-y-moral-188548 ). Él dice que el hecho de que los homosexuales ya no sean considerados como delincuentes es un triunfo de la separación entre el derecho y la moral, pues “las normas que regulaban dicha prohibición tenían un origen moral”. Ahora, ¿no tiene también un origen moral la tolerancia a los homosexuales? De ser así, ¿cuál es el problema? Parece que, por más que se intente, resulta imposible desvincular al derecho de las distinciones morales, ¿o alguien puede afirmar que las instituciones jurídicas son completamente ajenas a los juicios de valor? ¿Para afirmar eso no tendrían que decir también que son ajenas a la normatividad?

Nota: agradecemos la colaboración de la caricatura a nuestra querdia amiga, Mardoquea. 

PAC