Luis Francisco Arias B.
LA PATRIA | Manizales
"¡Deme una buena noticia!", exclama Juan David Aristizábal Ospina, luego de saludar sonriente y caluroso.
Así es este joven, siempre sencillo, pese a pertenecer al exclusivo club de los 30 menores de 30 años de todo el mundo que están cambiando a la humanidad, según la prestigiosa revista Forbes de los Estados Unidos.
Aristizábal Ospina, quien mantiene una apariencia de estudiante universitario, es un pereirano con raíces y vínculos con Manizales (estudió la primaria en el Gemelli), que es autoridad mundial en los temas de emprendimiento social y se ha especializado en entender los problemas y resolverlos de manera innovadora.
Pese a semejante logro, con gran humildad mantiene los pies sobre la tierra, y recordando a cada momento el consejo de su papá, el ingeniero electrónico Luis Aristizábal Gaviria: "Uno nunca debe pensar que se las sabe todas". A cada paso también se remite a las enseñanzas de su mamá, Marina Ospina Marín, una artista con gran sensibilidad por las causas sociales.
Este reconocimiento mundial surgió de su trabajo en Buena Nota, una plataforma de emprendimiento social de la que es cofundador, y que hace parte de la más importante red en ese campo en el planeta, conocida como Ashoka. Actualmente trabaja en equipo con muchos jóvenes de todo el país, varios del Eje Cafetero, con quienes comparte iniciativas, algunas en funcionamiento y otras en borrador.
Entre esos jóvenes que acompañan a Aristizábal Ospina en su labor están los manizaleños Juan Martín Cardona, Alberto Henao, Alejandro Vallejo y María Paz Mejía, entre otros, a los que el joven líder exalta como colombianos muy valiosos para el futuro (ver recuadro Sus coequiperos caldenses).
Con el logro de Aristizábal, quien con Buena Nota también recibió en julio pasado el MTV Millennial Awards en la categoría Piensa en Grande, Colombia sin duda está muy bien posicionado en el mapa del emprendimiento social.
Una preocupación de infancia
El joven, que cumplió 24 años el pasado 12 de julio, recuerda que su preocupación inicial comenzó desde que era muy niño. Para esa época vivía en Manizales y con frecuencia viajaba con su familia al Quindío, donde su abuelo paterno, Alfonso Aristizábal, tenía una pequeña finca cafetera. "Me preguntaba por qué yo iba al colegio y los hijos de los recolectores no, eso algo me generaba".
Luego le impactó el ejemplo de su hermana mayor, Ana María, quien con solo 16 años, y sabiendo que era buena en mecanografía, se ofreció gratis a la Cruz Roja de Pereira para digitar los datos de los damnificados por el terremoto de 1999. "Fue un momento clave. Me pareció una forma de participar con el talento. Por pequeño que sea es mucho lo que uno puede aportar".
Se involucró en el programa "Jóvenes informando proyectos" que por esa época tenía el colegio Calazans de Pereira, donde estudiaba. Una profesora mandó a los estudiantes a investigar sobre el edificio de la galería que sería derribado, para dar paso a la renovación de Ciudad Victoria. "Nos dimos cuenta que lo importante no era el edificio, sino la gente que estaba ahí".
Su obsesión por buscar soluciones innovadoras comenzó desde cuando tenía 13 años. Luego de ver la película Cadena de favores, de la directora estadounidense Mimi Leder (basada en la novela de Catherine Ryan Hyde), se decidió a tratar de convertir en realidad el argumento del filme.
Desde esa época no ha parado de trabajar para que el apoyo dado a otras personas se convierta en nuevos apoyos de esas personas hacia otras, y así sucesivamente, con el fin de concretar miles de sueños.
Su determinación de no quedarse quieto fue mayor en septiembre del 2003, cuando fue asesinado el líder juvenil pereirano Juan Alejandro Sanz, a quien había conocido poco antes. Así, después de tocar muchas puertas, en el 2006 creó Buena Nota, acompañado por el joven antioqueño Juan Manuel Restrepo.
Su dedicación desde esa plataforma se ha enfocado en hallar proyectos de emprendedores sociales, y al mismo tiempo encontrar donantes, voluntarios y asesores para concretarlos. "Si en Colombia hay tantos ejércitos irregulares, porqué no formar un ejército de ciudadanos en beneficio de la humanidad", expresa.
Soñador en grande
Su inclinación a soñar en grande viene, al parecer, de sus tíos abuelos maternos Samuel y Arturo Marín, conocidos como los "Marimones", quienes a mediados del siglo pasado fueron pioneros del automovilismo en el Eje Cafetero, y al mismo tiempo eran, con otros hermanos, expertos ebanistas que levantaron varias parroquias en pueblos de esta región.
De sus antepasados paternos viene el empeño por la educación, el cual es de tal dimensión en su casa que, cuando era niño, si Juan David pedía un play station recibía un curso de inglés o cualquier otra opción educativa. "Cuando me antojé de un tamagotchi, me metieron a clases de karate en Manizales. Nunca nos dieron lujos, sino que todo siempre se invertía en educación".
Hoy está dedicado de lleno a ese campo en Bogotá, como profesor del CESA (Colegio de Estudios Superiores de Administración), de donde se graduó como administrador de empresas. Tiene muy claro su papel de maestro: "más allá del tema o de los conceptos, uno debe inspirarle la llama a la gente. Siempre existirán los libros para resolver dudas... Se trata es de compartir con el ejemplo".
En su cotidianidad se dedica a persuadir a sus compañeros y alumnos para que den más de sí mismos y que usen sus contactos y redes para crear emprendimientos creativos. "La mejor forma de luchar contra la pobreza hoy en el mundo es la innovación", expresa.
Aristizábal Ospina se muestra orgullosos de pertenecer a la llamada generación millennial, caracterizada por hacer las cosas cada vez menos por la plata y más por el impacto logrado y por sentirse útil. "Uno coge un talento individual, algo que lo apasiona, y lo convierte en una actividad productiva, una actividad social".
De hecho, lo que más satisfacción le causa en su trabajo es "poder participar en lo público, sin necesidad de estar en la política electoral".
El poder ciudadano
Pese a su decisión de mantenerse al margen de actividades partidistas, el joven tiene un discurso político muy claro, con el que busca que los jóvenes ingresen a las filas del emprendimiento social: "El mundo no tiene hoy excusa para que sigamos con la pobreza y la desigualdad que tenemos, nos faltan voluntades políticas y empresariales, es cierto, pero como ciudadanos podemos resolverlo".
Para rematar su ideario agrega: "Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos comprometidos e impactantes pueda cambiar el mundo. De hecho, son los únicos que lo han logrado".
Su enorme sueño es que todo será distinto cuando haya un trabajo general y en equipo. "Que lleguemos a ser un ejército de ciudadanos resolviendo problemas de manera innovadora".
Como es consciente de la presencia de obstáculos, Artistizábal Ospina tiene a la mano una fábula que ilustra cómo seguir adelante, sin perder energía y lleno de entusiasmo: "Pienso en las características de los elefantes. Lo primero es que ellos tienen una piel gruesa, como para que a uno le resbalen las críticas; unas orejas gigantes que significan que hay que aprender a oír; una trompa enorme para oler las oportunidades y un cuerpo muy fuerte para dejar huella. Además, los elefantes tienen una inteligencia y una memoria que permiten razonar".
Su invitación es a tener un sueño colectivo, en cuya búsqueda se cree institucionalidad, se logren victorias tempranas, se sigan protocolos, haya gran organización y mucha sinceridad en la comunicación.
Cree necesario que los colombianos nos atrevamos a ser distintos, "a creer que en nosotros también está la grandeza. Nos ha hecho mucho daño el cuento de los huevitos, las carnitas, las casitas, las tejitas...". Esos diminutivos impiden que la gente sueñe en grande.
Además, está convencido del poder de la disciplina, y se remite al colombo-japonés Kenji Orito Yokoi, quien explica que el colombiano es mucho más talentoso, innovador y creativo, pero el japonés es más disciplinado y persistente, y eso le ha servido para aparecer como el más inteligente. "El escudo dice libertad y orden, y creo que nos ha faltado más orden que libertad", puntualiza el joven líder de emprendimientos.
Sus coequiperos caldenses
En proyectos como Buena Nota, Andi del Futuro y Fundación Ideas por un País Mejor, entre otros, Juan David Aristizábal ha contado con el acompañamiento y colaboración de jóvenes caldenses que comparten su visión del emprendimiento social.
Con ellos tiene la expectativa de impulsar el proyecto Ejecutar, que buscaría trabajar en ideas concretas de personas del Eje Cafetero, "porque en el siglo XXI no podemos continuar con divisiones, y nos hemos encontrado que a todos nos une la palabra educación", argumenta el joven. Algunos de estos aliados suyos, se refirieron a su trabajo.
Juan Martín Cardona, 25 años, vive en Bogotá
Ha trabajado con Buena Nota y en la Andi del Futuro, entre otros proyectos. Actualmente se dedica a su empresa Inspyra, la cual se dedica a la formación de emprendedores, y en la que se apoya en varios aportes hechos por Aristizábal. "Con Juan David he realizado muchos trabajos en llave".
Alberto Henao, 26 años, vive en Bogotá
Fue compañero de estudios de Aristizábal en el CESA y ha colaborado con Buena Nota. Actualmente está al frente de la empresa Arista Ingeniería, que maneja productos reciclables de construcción. "Juan David tiene un gran poder de convencimiento, es una persona muy dedicada y con pasión por hacer las cosas bien".
Alejandro Vallejo, 28 años, vive en Bogotá
Conoce a Juan David desde el 2005. Ambos hacen parte del exclusivo grupo de Global Shapers, que pertenece al Foro Económico Mundial, y comparten la obsesión por la educación. Actualmente está al frente de su empresa Reciclados Industriales de Colombia. "Juan David es muy inquieto y preocupado por los temas del país, y muy propositivo".
María Paz Mejía, 26 años, vive en Bogotá
Colabora frecuentemente con artículos para Buena Nota, basados en su experiencia como abogada. Cuando se presentó la emergencia invernal que inundó la sabana de Bogotá, trabajó con Aristizábal en la recolección de ayudas para los damnificados. "Juan David se concentra en lo positivo, y es un trabajador incansable y con una gran calidad humana".
Camila Mejía, 27 años, vive en Medellín
Conoció a Aristizábal en la Andi del Futuro, donde hablaron sobre varias propuestas de desarrollo para el Eje Cafetero. Luego colaboró con temas de planeación estratégica para Buena Nota. Actualmente trabaja con Exxon Mobil. "Tú hablas con Juan David y te sientes energizado para hacer algo productivo por el objetivo de tengas en mente".
Salto cuántico
Aristizábal Ospina cree que nuestra sociedad puede dar un "salto cuántico", si logra encadenar tres cosas:
1. Una educación pertinente que promueva lo mejor de cada ser humano.
2. Una infraestructura general (desde las vías hasta la dotación de escuelas) que esté orientada a desarrollar los talentos.
3. Que los sectores público y privado actúen en función de la meritocracia, acogiendo a sus funcionarios y proveedores por lo mejor que tienen.
El dato
Buena Nota se orienta por el modelo VICA:
-Visibilizar los proyectos
-Inspirar compartiendo conocimientos
-Conectar a una red a los agentes de cambio
-Apoyar a los ciudadanos mediante asesorías.
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