En Níger, considerado el país más pobre del mundo, las hambrunas son el pan de cada año. Una intensa sequía hace que el grano se agote mucho antes de la llegada de la siguiente cosecha, por lo que el hambre azota a esa pequeña nación, escenario de golpes de estado, una inflación imparable y corrupción, lo que hace que de nada le sirva ser el segundo productor de uranio en el mundo.
Es allí donde el periodista y escritor Martín Caparrós comienza un recorrido por el mundo en búsqueda de las respuestas a una pregunta: ¿Por qué en un mundo de siete mil millones de habitantes, que produce alimentos para 12 mil millones, 900 millones de seres humanos mueren de hambre, mientras que una cifra similar no logra obtener la comida suficiente para tener una buena alimentación?
Ese es el recorrido intenso, crudo, doloroso, pero bien logrado, que hace el periodista argentino en las 610 páginas de su libro “El hambre”, mostrando que esta palabra de uso cotidiano tiene más de un significado, dependiendo del contexto en el cual se esté utilizando.
EL HAMBRE EN EL MUNDO DE HOY
- Un libro de largo aliento “El Hambre”…
Fueron años de trabajo, pero en especial largo por lo complejo. Creo que hay pocos temas que reflejen la complejidad del mundo como lo hace el hambre, porque reflexionar sobre las 900 millones de personas que no comen lo que necesitan, puede ser un comienzo para tratar de entender cosas muy variadas y diversas, lo que es mucho trabajo. Había que viajar mucho y entrar en contacto con mucha gente, pero en especial encontrar el sentido de un universo de cosas que tienen que ver con el hambre.
- Un viaje por el mundo, pero también por la historia misma del hambre…
No sólo era ir a los lugares, también tener que leer mucho para entender un poco. No quería contar sólo historias, que al final podrían terminar como paisajes con gente con hambre, de gente que lucha contra eso o se aprovecha de ello. Me interesaba era conocer cómo funciona, cuáles son los mecanismos, y lo hice a través de los viajes y de leer mucho.
- ¿Siente que no se había abordado a profundidad este tema?
Muchas veces las imágenes y pequeños reportajes de la televisión sobre la situación del hambre en lugares como África, no suelen servirnos de mucho, quizás solo para sentirnos un poco mal o para querer hacer algo por un minuto, para nada más.
- Es una enfermedad que cobra millones de víctimas pese a tener cura…
El hambre mata más gente que la tuberculosis, la malaria y el sida juntos, y la cura es darles de comer. El hambre no tiene el misterio de por qué se produce o el no saber cómo se cura. Aquí es sencillo, si no comes te da hambre, y para el hambre la única cura es dar de comer.
- ¿Qué es el hambre?
El hambre hace que el cuerpo se coma a sí mismo ante la falta de algo más para funcionar, todo de una manera lenta y dolorosa, lo que hace que no se produzcan las defensas suficientes para que el cuerpo no sea presa fácil de todo tipo de enfermedades, males y virus, que cuando el cuerpo está sano, no es mortal, pero si llega a un cuerpo con hambre es fatal.
INICIANDO EL VIAJE
- Níger, es un país de contrastes, con problemas de producción de alimentos, pero el segundo en el mundo con yacimientos de uranio...
La idea del libro es que cada capítulo se desarrollara en distintos lugares y que así presentara una temática en particular, alguna causa del hambre. En el caso de Níger era el hambre estructural, un lugar subalimentado, porque allí todos los años pasan dos y tres meses en los que se acaba la cosecha anterior y aún no recogen la siguiente, por lo tanto no hay qué comer, y esto se da porque la tierra es muy árida. Luego, tomas en cuenta que este país es el segundo país productor de uranio en el mundo, donde empresas francesas y chinas se llevan todo y no dejan nada, se podría pensar en invertir ese dinero en un sistema de riego que multiplicaría la cosecha y evitaría el hambre que siempre se ha dicho es inevitable, pero hay muchos intereses que hacen que eso no sea así.
- Hay regiones que son grandes productoras agrícolas, pero que toda su producción es para alimentar otros países...
Es algo que cada vez se ve más en el mundo. Es la apropiación de tierras. Grandes países, potencias o corporaciones multinacionales se apropian de tierras en países pobres, para producir alimentos que no irán a las poblaciones locales, sino para sus mercados, lo que genera más desabastecimiento y hambre. Hay países y multinacionales que son máquinas de producción del hambre del futuro; esto sucede en Madagascar, un lugar donde se produjo este tipo de sistema, pero donde también se presentó una reacción muy fuerte porque el gobierno le había entregado a una empresa coreana 1,3 millones de hectáreas, de manera casi secreta; cuando se supo, la gente protestó y eso se cayó.
- El hambre que no solo afecta al cuerpo, también a la mente...
En Níger conocí a una mujer en una condición lamentable y le pregunté: ¿Si le conceden un deseo, lo que quiera, qué pediría? Ella me respondió: “Una vaca, porque con la leche puedo alimentar a mis hijos y quizás hacer algo más para vender”. En ese momento le insistí: “Pero es lo que usted quiera”, a lo que me respondió: “Entonces dos vacas”. Fue en ese momento en que decidí escribir el libro. Me impresionó cómo el hambre bloquea el horizonte del deseo. Que la miseria sea tan brutal que te impida desear más allá de ella. Al final me di cuenta que a todos nos pasa algo por el estilo, o que nos suele ocurrir colectivamente, porque solemos resignarnos a que no somos capaces de tener una sociedad donde todos coman lo que necesitan. La única manera de obtener las cosas es comenzar deseándolas, y el hambre corta ese deseo de raíz.
POTENCIA Y MISERIA
- El viaje lo llevó a India, que quiere ser potencia mundial, pero tiene la mayor cantidad de personas que padecen hambre en el mundo...
Tiene un cuarto de los hambrientos del mundo viviendo allí, en medio de su desarrollo y toda la propaganda de ser la potencia mundial emergente, vendiendo la idea de ser una gran democracia, lo que demostraría que también dentro de la democracia se pueden dar las desigualdades sociales más extremas que el ser humano ha visto. Es un país muy interesante, porque está lleno de matices, ha sido un proceso de generaciones de personas con hambre, lo que ha hecho que el cuerpo cambie, porque así como sus abuelos y padres, los hijos comen menos de lo que su cuerpo necesita y así se van transformando en un colectivo deteriorado, viviendo media vida, sus cuerpos y cerebro no se desarrollan, y esto hace que sea aún más difícil salir. Es lo más bajo de la adaptación del ser humano a su entorno, que es adaptarse a lo peor de lo peor.
- Le dedica un capítulo a la obesidad en Estados Unidos…
Visité uno de los pueblos con más obesos de ese país. Era para desarmar ese mal entendido que he escuchado muchas veces, con el que se dice que hay casi la misma cantidad de obesos que de desnutridos; por ende, el cálculo sencillo es decir que los obesos se comen lo que les falta a los desnutridos y eso no es cierto. Los desnutridos son los peor alimentados de los países pobres, mientras que los obesos son los peor alimentados de los países ricos. Mi idea en un comienzo con Estados Unidos era contar cómo especulan con los alimentos los grandes fondos de inversión, pero el tema de la obesidad me pareció más acertado.
- ¿La especulación de las grandes bolsas económicas ha impactado en la posibilidad de alimento de los países pobres?
Los precios están tan globalizados que ya no hay lugares donde no dependan de la cotización de los mercados internacionales. Así el jornalero de Senegal que compraba un kilo de arroz antes, ahora, con las empresas cotizando en las bolsas internacionales ya no lo puede comprar, porque cuesta cuatro veces más. Lo que le sucede a él, le ocurre a millones de personas en el mundo.
- ¿Hay más hambrientos hoy en el mundo que en el pasado?
En cantidad nunca hubo tantas personas con hambre, pero en proporción hay menos que hace 50 años. El desarrollo de los avances tecnológicos en el agro ha permitido que en un mundo donde viven siete mil millones de habitantes, se produzcan alimentos para doce mil, lo cual hace que la situación sea mucho más violenta, porque una cosa es que no comas porque no hay y otra muy distinta que no coman porque otros acaparan la comida.
- También toca el tema de los desperdicios...
En Argentina, como sucede en muchas partes de América Latina, muchos comen lo que otros tiran, con poblaciones que viven cerca de los basurales; las personas tienen una hora para entrar a ellos y sacar lo que les pueda servir como alimento, lo cual es dantesco. También pensamos mucho en los sistemas de asistencia, cómo los gobiernos se aprovechan de los mal nutridos para mantenerlos en un nivel mínimo de existencia, con una bolsa de granos, para así asegurar su dependencia política.
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