Campesinos intentan expandir bloqueos en Catatumbo

Los campesinos del Catatumbo intentaron expandir los bloqueos viales. Ayer, unos 100 labriegos que se movilizaban en dos buses, un camión y varias motos hacia el sector La Y, del corregimiento Astilleros, de El Zulia, fueron frenados por la Policía.

Un grupo de 150 uniformados del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) y contraguerilla bloquearon la vía a la altura de la vereda El Tablazo, e impidieron que la caravana llegara a su destino.

Los integrantes del Esmad junto con una tanqueta cerraron el paso vehicular, mientras que los policías de la contraguerrilla se hicieron en las montañas aledañas para impedir que los labriegos se desplazaran por este lado.

La idea, según el coronel Eliécer Camacho, comandante de la Policía de Norte de Santander, era no dejar que los manifestantes cumplieran con sus intenciones: bloquear La Y que comunica a Cúcuta con Sardinata, Ocaña y la Costa Atlántica, además, de expandir el cierre que tienen hacia Tibú.

Cuando los campesinos se dieron cuenta del cerco policial se bajaron de los vehículos, iniciándose un enfrentamiento que se extendió por seis horas y que dejó ocho personas heridas, cuatro uniformados y cuatro protestantes, un carro incinerado y varias hectáreas de vegetación quemadas.

El coronel Camacho sostuvo que la refriega se dio porque los labriegos comenzaron a talar árboles para bloquear la vía e instalar campamentos como los que hoy tienen en varios sectores en zona rural de Tibú.

“Una vez los vehículos salieron del corregimiento Campo Dos, de Tibú, fuimos alertados y por eso preparamos el operativo para no permitir que ellos llegaran a donde pretendían”, dijo el oficial.

Agregó: “Las labores de inteligencia nos señalaron que estas personas tenían la intención de cometer actos vandálicos y bloquear la vía que conduce a Ocaña, por eso de forma inmediata se hace un desplazamiento rápido del Escuadrón Móvil Antidisturbios”, expresó el oficial.

Sin embargo, uno de los campesinos le contó a La Opinión que al ver a los uniformados se detuvieron y se bajaron a esperar a ver qué pasaba, cuando detallaron que una tanqueta del Esmad aceleró y se vino contra ellos, provocando que los ánimos se alteraran.

“Nosotros respondemos a los ataques que la policía nos hace. Las protestas son pacíficas pero si nos atacan hacemos lo mismo”, indicó otro labriego.

Los manifestantes también aseguraron que están buscando demostrarle al Gobierno que día a día el movimiento campesino aumenta y, según un vocero, no van a descansar hasta que les cumplan con los 10 puntos que expusieron en la mesa de negociación.

VÍCTIMAS DEL ENFRENTAMIENTO

Pero los más perjudicados por esta situación fueron los habitantes de El Tablazo, quienes tuvieron que soportar por cerca de dos horas los gases lacrimógenos, las bombas de aturdimiento y el robo de algunas cosas de sus residencias.

Manuel Gregorio Leal, líder de la comunidad, le pidió a campesinos y Policía que eviten esos enfrentamientos en sitios donde hay niños y mujeres.

“Acá tenemos casas, fincas y personas que fueron afectadas por estos disturbios. Dañaron vehículos, se robaron las tapas de los tanques y, por los gases, las mujeres y los niños fueron los más afectados.

Y relató: “Nos estábamos ahogando y tuvimos que salir corriendo, dejando todo abandonado por más de dos horas. Pedimos que dejen a las personas que nada tenemos que ver con esta situación por fuera”, manifestó el representante de la comunidad de la vereda donde ayer se registró el enfrentamiento.

Leal contó que el caserío donde ellos viven se mantiene de la venta de comida a los transportadores y pasajeros que diariamente van o vienen de Tibú, pero que desde hace 39 días cuando se inició el paro campesino tuvieron que cerrar sus negocios.

Una periodista del medio de comunicación Prensa Rural también resultó afectada en los enfrentamientos.

Según ella, cuando grababa en video a los del Esmad disparando los gases y las bombas de aturdimiento, varios uniformados se vinieron hacia donde estaba y le quitaron la cámara y su celular.

Dos horas después un oficial de la Policía que estaba ahí le devolvió los aparatos, pero la video cámara estaba destrozada y las memorias no aparecieron.