Así, pues, nos dirigimos al Santuario de Flora y Fauna Los Flamencos, que forma parte del Sistema Nacional de Parques Nacionales Naturales (PNN). El primer Parque creado fue La Cueva de los Guácharos, en el Huila, en 1960. El último es el de Manacacías, en el Meta con 68.000 hectáreas. El más extenso es el de Chiribiquete que ha sido ampliado a 4,3 millones de hectáreas y se encuentra entre el Guaviare y Caquetá y que desgraciadamente por descuido del Gobierno ya está siendo invadido por los deforestadores, mineros y ganaderos. Este Parque es el mayor del mundo como bosque tropical.
Justo es reconocer que el mejor director, en este caso directora, que han tenido los PNN es Julia Miranda, hoy representante a la Cámara. Gracias a su inteligente y valiente labor nuestros PNN adquirieron categoría mundial y han sido reconocidos como claves en la red mundial de Áreas Protegidas. Sus últimas grandes realizaciones, antes de que el presidente Duque la removiera sin importar las críticas que le vinieron por ello a nivel nacional y mundial, fueron la creación y ampliación del Parque de Chiribiquete y la preparación de Manacacías para ser declarado PNN. Julia Miranda es vicepresidenta mundial de Áreas Protegidas, un verdadero orgullo para Colombia ante el medio ambiente y las organizaciones correspondientes del planeta.
El Santuario de Los Flamencos se encuentra en el corregimiento Camarones, cerca de Ríohacha, a 20 minutos de la carretera central del Caribe. Su extensión es de 7.033 hectáreas que se extienden sobre manglares, lagunas costeras y bosques xerofíticos. En este territorio vivieron los guanebucanes de la familia arawak, hoy extinguidos. El núcleo central del Santuario lo forman cuatro lagunas: la ciénaga de Manzanillo, la Laguna Grande, la ciénaga del Navío Quebrado y la ciénaga de Tocoromanes.
La vegetación dominante son los mangles de varias especies, además del trupillo y el dividivi. La fauna la constituyen zainos, tigrillos, venados, osos hormigueros, zorros y varias especies de aves nativas y migratorias: gaviotas, chorlitos, patos de agua, garzas, cormoranes, martines pescadores, patos cuchara, pelícanos y desde luego los flamencos que son los reyes del Santuario. En las lagunas, los camarones son la alimentación de los flamencos y fuente de riqueza para las comunidades de wayús. Los camarones de las lagunas y los flamencos cambiaron la vida de los habitantes y se han constituido en su riqueza económica: gastronomía y turismo. El Santuario fue declarado en 1992 Patrimonio Natural y Cultural de Colombia.
La gran atracción del Santuario son obviamente los flamencos. Se reproducen en Venezuela y se desplazan por el Caribe copando todo el Golfo de Méjico. Su nombre científico es Phoenicopterus ruber. Al nacer son blancos y los carotenoides que les proporcionan los camarones de los que se alimentan les dan el característico color rojo. El Santuario ha sido declarado territorio AICAS-2, o sea área protectora de aves. Los flamencos ayudan a la buena salud de las aguas de las ciénagas.
Para entrar a las lagunas y fotografiar a los flamencos se debe contratar a uno de los guías de la región, cosa que hicimos. Es hermoso ver las canoas que avanzan gracias a las velas latinas impulsadas por el viento. En nuestro caso eran unas siete canoas, con velas de color azul. Las lagunas son poco profundas, por lo que a veces se atrancan en el barro y los marineros deben bajar e impulsar las canoas con pértigas. Así nos ocurrió a nosotros en un corto trecho. Los flamencos se suelen encontrar en el fondo de la ciénaga. De paso fotografiamos cormoranes, garzas y pelícanos.