Ya no necesito salir en TV, necesito hacer cosas buenas

LA PATRIA | MANIZALES

El actor Edgardo Román estuvo en Manizales la semana pasada para presentar Crónica de una muerte anunciada, obra de teatro que dirige y en la que también actúa como Faustino Santos. Esta es una adaptación libre de la novela de Gabriel García Márquez.

Él, quien lleva cuatro décadas dedicado a las artes escénicas, habló de papeles mal pagos, desprotección de actores, programas de telerrealidad, sueños y otros temas. Sus palabras.

1. La gente me dice: ¿Usted por qué no volvió a salir en la televisión? Yo no sé qué contestarle. No es porque no quiera, sino porque no encajo. Bueno, hay varias cosas... Una de esas es que me llaman para papelitos y mal pagos, entonces ya no puedo hacerlo. Ya no necesito salir en la televisión, necesito hacer cosas buenas. Me toca rechazar cuando el personaje que me ofrecen tiene un presupuesto muy bajo, intentan humillarte. Si me ven actuando en televisión es porque me están pagando más o menos, se ríe. Además, ahora escriben para los jóvenes y no para los cara de indiecito.

2. Las asociaciones de actores están discutiendo un pliego de peticiones y es muy interesante que las empresas analicen los puntos, porque nunca había sucedido. Nosotros trabajamos de lunes a sábado hasta 18 horas y nadie dice nada, pero en otros lugares del mundo se laboran 8. Los extranjeros que hacen televisión aquí mantienen felices, debido a que se les produce de una manera impresionante. Por ejemplo Metástasis, adaptación de la serie estadounidense Breaking bad, se realizó en 6 meses, mientras que allá se demoró 5 años. Si así estuvo buena la producción colombiana, ¿cómo hubiera quedado en ese tiempo?

3. Julián, mi hijo, presentó casting 18 veces para la teleserie ¿Por qué diablos? En todos le decían que era perfecto, pero negrito y bajito. Una vez lloró de la rabia y me dijo que se iba a retirar. Me tocó pararlo al frente de un espejo e invitarlo a que miráramos nuestro color y tipología. Por la influencia gringa que hay en Colombia escogieron para ese personaje a Manolo Cardona, alto y de ojos azules. Le dije a Julián que eso era lo que les vendía y no unos negritos como nosotros. En el teatro uno puede ser lo que quiere y no hay tanto lío.

4. Los *reality para actores (*programas de telerrealidad) hacen daño. Miran más lo que pasa entre ellos que la formación, a esta la dejan por un ladito, como si fuera relleno. Cuando salen resultan supuestamente grandes actores, protagonistas y famosos. Eso ha molestado la seriedad de nuestro trabajo, porque la gente dice que no hay necesidad de prepararse. Creen que ser actor es tan fácil como ser reina y triunfar al otro día protagonizando. Eso le pasa a ellas por su belleza, pero a nosotros nos toca estudiar y ganar el camino por otro lado.

5. En Colombia tenemos historias y personas formadas, quienes han hecho un trabajo de creación artística con la capacidad de competir contra el mundo. Lastimosamente, la infraestructura y el apoyo económico siempre nos ha faltado. En Australia me hablaron sobre Crónica de una muerte anunciada, me preguntaron que si aquí éramos así, que si aquí todos sabían que iban a matar a alguien, menos la víctima. Traté de defender el no en esa charla, manifesté que debió haber sido un caso excepcional y que tal vez Gabo lo vivió y lo reprodujo. En esa ocasión regresé al país y como soy amante de la radio, me acosté escuchando noticias. Ese día había pasado la misma historia en un colegio, todos en ese barrio sabían, menos la víctima. Quedé sorprendido conmigo e indagué: ¿cómo decimos que no si eso es lo que sucede?

6. Por inercia resulté dictando clases y es la segunda cosa que me atrapa, después de actuar. La Fundación Actuemos es la continuidad de un trabajo de actor en un país como el nuestro, que nos obliga a investigar y a seguir afianzando en las técnicas y la manera de hacer artes escénicas. Es muy lindo enseñar a buscar las herramientas a quienes tienen la idea, pero limitaciones de desarrollo artístico.

7. Sueño tener mi sede, en donde pueda estar tranquilo sin pensar en que toca pagar el arriendo o que ya nos van a sacar. Además deseo que le quede a la humanidad. Me inspiro mucho en los tres teatros y la escuela de Fanny Mikey, ahí nos dejó trabajo. Quiero una institución para que cuando yo no esté siga aportándole al país.