"A muchos nos importan los discos con sonido"

Sergio Villamizar

COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ

A los ocho años empezó a tocar el bandoneón, dos años más tarde compuso su primera canción y cruzando los 15 ya recibía ofertas para hacer parte de una banda de nivel profesional. Es por eso que Andrés Calamaro puede decir con tranquilidad que le ha dedicado su vida a la música, en una carrera que no para, continúa en una constante reingeniería de su propia música.

Mientras se prepara para su actuación en la próxima edición del Festival Estéreo Picnic, que se realizará en marzo a las afueras de Bogotá, acaba de presentar Purasangre y Jamón del medio, proyectos discográficos en vivo con grabaciones extraídas de su tour Bohemio,realizado entre 2013 y 2014. En estos trabajos se conjugan cerca de tres décadas y media de carrera musical profesional, desde que debutócon Los abuelos de la nada.

Calamaro siempre se ha notado musicalmente, tanto como solista, como cuando hacía parte de Los Rodríguez. Con su música, su propuesta, Calamaro es un Bob Dylan nacido cerca de la Patagonia, atrevido, va en contra de la corriente como El Salmón, porque hace justo 15 años decidió sacar un álbum con cien canciones, lo que en ese momento fue una locura, pero que se convirtió en un referente en la historia del rock en español.

En su visita al país habló de sus nuevas producciones discográficas y su desarrollo como compositor.

El Salmón en directo

- ¿Qué tuvo de particular la gira Bohemio?

Estrenamos una nueva cuadrilla con base en Buenos Aires. Nos descubrimos como una buena banda de músicos que gusta a pesar del cartel que arrastra el cantante.

- ¿Cómo recibió el público la película Bohemia?

Es una película sin reconocimiento público porque no se estrena en salas comerciales. De momento tampoco fue considerada por la crítica. Yo creo que con el tiempo va a ser una obra muy apreciada en su dimensión.

- ¿Volvería a hacer la gira junto a Enrique Bunbury o hacer un álbum como lo hizo con Fito & los Fitipaldis?

Quiero creer que sí. Terminamos muy bien, en una gran sintonía. Lo cierto es que no hay planes, pero quedamos en muy buenos términos para reflotar el mano a mano cuando corresponda.

- ¿Cuál fue el criterio para seleccionar las canciones de cada álbum en vivo?

Purasangre es un video musical, primero editamos las imágenes del concierto de Buenos Aires, después elegimos una serie de canciones grabadas en otros sitios, para sumar colores humanos y variedad en el repertorio, hacer algo más amplio y más cómplice, con más gente que nos vino a ver tocar. También preparamos extras de audio, fuera del DVD.

Jamón del Medio es un disco en vivo. Grabamos varios conciertos, elegimos, dudamos, volvimos a escuchar y elegir versiones de los conciertos que dimos en julio en España. Después elegimos ochenta minutos de música, para poder ofrecer un disco doble.

- Algún motivo en especial de presentarlo en dos entregas...

Estábamos armando “Purasangre” cuando fuimos de gira a España, en donde pensé en sumar al audiovisual un disco propiamente dicho. Un disco que no sea un video en vivo. Por algo los oyentes se llaman oyentes, a muchos nos siguen importando los discos con sonido, sin imágenes. Además, estamos todo el día consumiendo imagen, hay mucha gente que camina mirando los teléfonos. A mí también me pasa. En el video se ve mucha gente, a veces están cantando conmigo, y el sonido tiene que responder a las imágenes que estamos mirando.

La diferencia en el sonido de “Purasangre” y “Jamón del Medio” responde cuestiones conceptuales y formales que hablamos con los ingenieros Ángel Martos y Adrián Bilbao. A la confianza en estos señores que son artistas del sonido. Son dos versiones distintas del balance de los instrumentos, el canto y el ambiente.

La infaltable

- ¿Qué tiene La Flaca que en cada disco en vivo ella está presente?

No me había dado cuenta. No es una canción sencilla tampoco. La versión grabada en Alta Suciedad es muy buena, tiene un gran sonido y está muy bien tocada. En la selección del repertorio hay una fundamental participación de German Wiedemer.

- ¿Qué le gusta de festivales como Estéreo Picnic?

Sujetar el escenario en un festival es complicado. Además, tenemos que remontar más expectativa porque son festivales de categoría que arrastran a mucha gente.

Este año va a ser una temporada distinta, no tenemos programados conciertos pero vamos a tocar. De momento vamos al Estéreo Picnic y queremos gustar y gustarnos.

- ¿Como compositor es consciente de los cambios de su escritura a lo largo de los años?

No soy un compositor puro, soy más músico y me gusta grabar en distintos registros, la mayoría de los cuales no están en los discos y nunca escucho mis propios discos.

- ¿Cuál es el estado actual del rock argentino?

El rock tiene un único momento, siempre es hoy. Somos un rock huérfano, muchos maestros se nos adelantaron en el transito eterno.

Desarrollo

De los 20 a los 30 años evolucioné de la técnica hacia un revival de sonidos más tradicionales. Entre los 30 y los 40 años me comprometí en las grabaciones empujando mis propios límites. Sobreviví unos años a una existencia marginal, alejado de las giras, pero involucrado con la música y las grabaciones imposibles. Hace 10, que estoy en giras y en una interesante amplitud de conciencia.

Sus trabajos Purasangre y Jamón del medio, que acaba de presentar, son proyectos discográficos en vivo con grabaciones extraídas de su tour Bohemio.