La Pata de Conejo deja de ser leyenda

LA PATRIA | MANIZALES

La compañía de teatro Pata de Conejo surgió en febrero del año pasado, después de que las hermanas Andrea, licenciada en artes escénicas, y Marcela Marín Arcila, diseñadora visual, jugaron durante varios años a explorar con objetos que les permitieran crear diferentes lenguajes escénicos.

El nombre del colectivo alude al amuleto protector y de la buena suerte, una leyenda de la cultura occidental tan antigua como el trébol de cuatro hojas y la herradura. "Lo tomamos porque trae energía y cosas positivas", cuenta Andrea.

Manifiesta también que el valor agregado de este talismán, invisible, es que siempre se divierten trabajando en conjunto.

"El proyecto lo fundamos Antonio López Vallejo; luminotécnico, Andrés Meléndez Alzate; músico, Marcela y yo. Después se unieron John Vásquez Gaviria, arquitecto, Dinámico Lab y Estratósfera. En total somos nueve personas, entre fundadores y aliados".

Sus propuestas innovadoras, que mezclan arquitectura, diseño ambiental, imagen en movimiento, artes escénicas, música en vivo y diseño teatral, se verán en la obra Los venenos, que se estrenará en mayo.

"La pieza es una versión libre del cuento homónimo de Julio Cortázar. Propone la creación teatral interdisciplinar y un laboratorio de experimentación en diferentes campos. Por ejemplo, personajes y espacios de la narración se descontextualizan y proponemos que sean coherentes con el surrealismo. Es una experiencia multisensorial", agrega Andrea.

Daniel Ocampo Botero, integrante de Dinámico Lab, manifiesta que el acercamiento de la organización con Pata de Conejo se dio en la Fundación Road House, donde se reúnen gestores de proyectos de emprendimiento. "Nos invitaron a formar parte de la escenografía de Los venenos. Juntos decidimos hacer una estructura de aluminio que está unida por un sistema de tijera y que es expandible".

Esta mide cerrada 60 centímetros de ancho por 1 metro y 50 centímetros de alto, mientras que abierta tiene 3 metros de alto por 6 de ancho.

"Aunque se terminó de construir hace casi tres semanas, vamos a seguir acompañando y apoyando a la compañía", finaliza Ocampo Botero.

Las caras detrás de los antifaces: Marcela Marín Arcila, Andrea Marín Arcila, Andrés Meléndez Alzate y Antonio López Vallejo.

Comenzó la magia

El pasado 22 de diciembre, Pata de Conejo ganó en la Categoría 2 en Emprendimientos Culturales del concurso Incu*Arte, que organizó el Instituto de Cultura y Turismo de Manizales y la Incubadora de Empresas Culturales de la Universidad de Caldas.

La convocatoria del evento se abre cada año, desde el 2009, con el fin de promover y apoyar las empresas culturales y creativas que generan empleo, productos y servicios de calidad, contenidos digitales con innovaciones tecnológicas y medios aplicables a la cadena productiva de Colombia, según la página incubadoracultural.org.

Los premios que se otorgan al grupo de teatro son préstamos y procesos de formación en ViveLab, Imagoteca, Consultorio de Diseño, Escenarios Digitales, laboratorio LASO, Laboratorio de Imagen Digital, Laboratorio de Imagen Móvil, Laboratorio de Interacción y Unidad de Emprendimiento de la Universidad de Caldas. Además, pasaportes del Festival de la Imagen y dinero para financiar el proyecto.

Fortuna

El Concejo de Manizales le otorgó un reconocimiento a Andrea Marín Arcila el pasado 26 de diciembre por la labor artística e incluyente que ha realizado con personas en situación de discapacidad y con enfermedades mentales en el Ceder y en la Clínica San Juan de Dios. También por su trabajo como directora del Festival de Los Sueños y de la compañía de teatro Pata de Conejo.

Foto | Cortesía Dinámico Lab | LA PATRIA

Esta es la tramoya que se construyó para Los venenos.