LA PATRIA | EFE
El premio Nobel de Literatura de 2011, el sueco Tomas Tranströmer, murió ayer a los 83 años, informó hoy la Academia Sueca.
"Estamos tristes por la pérdida del poeta sueco Tomas Tranströmer, que murió ayer a los 83 años", señaló la Academia en la red social Twitter al confirmar la noticia que minutos antes avanzaba la prensa local.
Tranströmer, que además de poeta era psicólogo y se había dedicado a la rehabilitación de delincuentes juveniles, nació en 1931 en Estocolmo y debutó en 1954 con su libro "17 dikter" ("17 poemas").
La obra de Tranströmer ha sido traducida a cerca de 50 idiomas, entre ellos el español, y entre otros galardones importantes había sido distinguido con elPremio Bonnier para la Poesía, el Premio Neustadt o el Premio Petrarch de Alemania.
"A través de sus imágenes condensadas y traslúcidas nos ha dado un acceso fresco a la realidad", argumentaba la Academia Sueca su decisión de conceder elNobel a Tranströmer.
Fue además el primer poeta galardonado con el Nobel después de la polaca Wislawa Szymborska en 1996 y sucedió al escritor peruano Mario Vargas Llosa.
Tranströmer había sufrido un accidente cerebral en 1990, lo que dejó reducida su habla y su movilidad, por lo que la tradicional lectura que cada año hace en la Academia Sueca el laureado en Literatura consistió en su caso en acto de homenaje al que asistió el poeta, en silla de ruedas, acompañado por su mujer, Mónica.
Vida y obra
Nacido en 1931 en Estocolmo, Tranströmer se convirtió prácticamente desde su debut en una de las referencias literarias obligadas del mundo escandinavo.
"17 poemas", ya poco después de su aparición, empezó a considerarse uno de los libros de poesía más importantes de los años cincuenta.
Desde entonces, su obra creció continuamente, con sucesivos títulos como "Secretos en el camino", "Tañidos y huellas" o "Ver en la oscuridad".
"Y todo sin respuesta y violento, como cuando el teléfono suena en la oscuridad", dice uno de los poemas de "Secretos en el camino", libro publicado en 1954.
Aún antes de recibir el Nobel, la obra de Tranströmer había sido traducida a cerca de 50 idiomas, entre ellos el español, y había recibido galardones importantes como el Premio Bonnier para la Poesía, el Premio Neustadt o el Premio Petrarch de Alemania.
Entre sus obras traducidas al español, están "El cielo a medio hacer" (editorial Nórdica) y "Para vivos y muertos" (Hiperion).
"El cielo a medio hacer" es una antología que recoge buena parte de la trayectoria poética de Tranströmer desde "17 poemas".
Tranströmer escribió también haikus, un tipo de poema originario del Japón en el que, en tres versos de 5, 7 y 5 sílabas, se procura reproducir un instante de la naturaleza.
El laconismo y la economía de medios que caracteriza la obra de Tranströmer se compagina muy bien con ese género que es de una alta exigencia formal.
"Es como si con tres líneas se inventara otra vez la bóveda celeste", dijo el escritor sueco Aris Fioretto sobre los haikus de Tranströmer, en parte reunidos en "La gran incógnita" (2004).
Los haikús de Tranströmer, sin embargo, no tienen siempre una relación directa con la naturaleza sino también con momentos vitales de los individuos.
Dentro de su obra, destaca "La góndola" (1996) que llegó a vender en su edición sueca 30.000 ejemplares, algo poco frecuente para un libro de poemas.
En 1990, Tranströmer sufrió una apoplejía que le causó dificultades en la expresión oral, pero siguió escribiendo.
Además de poeta, era psicólogo y durante mucho tiempo se dedicó a la rehabilitación de delincuentes juveniles. También hizo traducciones literarias al sueco y publicó una autobiografía, "Visión de la memoria" (1993).
"Mi vida. Cuando pienso estas palabras veo frente a mí un rayo de luz. En una aproximación mayor, el rayo de luz tiene la forma de un cometa, con cabeza y cola. La extremidad más intensa, la cabeza, es la infancia y los años de crecimiento. El núcleo, su parte más densa, es la más temprana infancia, en la que los rasgos más importantes de nuestras vidas se definen", escribía Tranströmer.
Su compromiso con la vida, la mirada aguda y contemplativa sobre la vida cotidiana o el amor por las metáforas y las imágenes se traslucían en esas páginas, escritas por un autor que fue el poeta extranjero más traducido en Estados Unidos después de Pablo Neruda.
Tranströmer recibió en octubre de 2012 un multitudinario homenaje en Madrid, que contó con la asistencia de otro premio nobel de literatura, el peruano Mario Vargas Llosa.
Con música al piano de fondo, autores españoles quisieron reivindicar la obra de Tranströmer leyendo algunos de sus versos cálidos y misteriosos de un poeta y psicólogo que durante años trabajó en la prisión de Roxtuna, en Linköping, rehabilitando a jóvenes delincuentes.
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