COLPRENSA | LA PATRIA | Bogotá
Ser parte de la quinta generación de una de las afamadas familias del circo mexicano, “Los Hermanos Suárez”, y sufrir de pánico escénico, era un problema que hacía que Julio Revolledo pasara las noches en vela, recorriendo las diferentes zonas y alrededores del lugar en el cual se instalaba la Gran Carpa en distintos puntos de la geografía mexicana.
Ver a hermanos, tíos, tías y primos en diferentes grados, preparándose para salir a escena, volando por los aires, recorrer la famosa cuerda floja, observar cómo era lanzado el hombre bala para luego escuchar las carcajadas del público con el show de los payasos, era todo un suplicio para el joven Julio, quien no encontraba su lugar en ese mundo nómada del entretenimiento.
Sólo con los años, Julio Revolledo encontraría su lugar, y no sería haciendo malabares, entrenando a los leones o realizando trucos de magia en la carpa de “Los Hermanos Suárez” que recientemente cumplió 155 años de labores.
Siendo consciente del miedo que le producía el público, se dedicó a las labores administrativas del circo, conociendo allí un campo de trabajo y exploración, que en América Latina hasta ahora comienza, y que en países como Rusia, de gran tradición circense, apenas ronda los primeros 100 años.
Década y media en estas labores, además de toda una vida de investigación y análisis, lo han llevado a ser uno de los historiadores del circo más importantes del mundo, por lo que fue el invitado especial al primer Encuentro Iberoamericano de Circo que se realizó dentro del Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá.
“Es un gran paso el que se está dando en Colombia y que repercute en todo el continente, porque para crecer y afianzarnos, lo primero que debemos hacer es conocernos, tanto desde el ámbito social, el académico, así como el circo como industria que puede llegar a ser”, comenta Revolledo, quien entre sus múltiples actividades cumple la misión de ser una especie de cazatalentos para el afamado Cirque du Soleil.
En México en la actualidad operan por lo menos 500 circos, y Revolledo ha emprendido la labor de asociarlos y hacerle entender a los gobernantes de turno, que es un legado cultural el que se puede perder si no se protege la actividad circense.
“El circo también debe ser un patrimonio cultural colombiano, como lo debe ser también en México, porque expresiones autóctonas, rituales indígenas, por ejemplo, han empezado hacer parte del circo. El largo camino que estamos recorriendo es con el fin de lograr que lo circense se reconozca como arte escénico", afirma Revolledo.
Dicho camino lo han recorrido países como Francia, que hasta hace menos de 15 años, tenía a sus circos adscritos al ministerio de Agricultura, sólo por el hecho de manejar animales.
“El desconocimiento ha sido general, excepto en China donde tienen tres mil años de circo y la tienen clara. En 1919 en Rusia se dieron cuenta en la importancia del circo, como clave en la formación de un actor, pero poco a poco se ganó su propio espacio y supieron darle la oportunidad. Es allí donde realmente nace el circo contemporáneo y del cual toman su base formativa compañías como el Cirque du Soleil”.
Pensando en la clave de la formación, creó en México la escuela de circo, pues hasta ese momento quienes quisieran prepararse podían tomar uno que otro taller y seminario esporádico, o quizás buscar una oportunidad en las escuelas de Rusia, Polonia, Rumania o Cuba, abierta en 1976.
“Muchos siguen pensando que quien quiere dedicarse al circo es porque no sabe o no quiere hacer nada en la vida. Si queremos cambiar ese concepto debemos profesionalizarlo, y para ello, lo primero es crear los espacios académicos ideales. Es lo que hemos venido trabajando en México desde hace algunos años”.
Y agrega Revolledo: “Muchos artistas se lanzan a la calle con sus malabares. Algunos lo hacen sólo por el tema monetario, mientras que otros lo hacen, además de vivir de ello, para trabajar conceptos artísticos con los cuales quieren proyectarse como creadores de rutinas circenses”.
Ahora, como director de la Licenciatura en artes Circenses de la Universidad Mesoamericana de Puebla, continúa rescatando la historia mexicana del circo, reuniendo experiencias vitales de personajes claves en dicha historia.
“Ahí está Jesús Fuentes Gasca, padre de todos los Fuentes Gasca. Cuenta con 22 circos por toda América Latina, lo que demuestra que el circo puede ser una industria si se tiene la visión correcta. Ahí que me di cuenta que es necesario registrar estas labores para que no se pierdan”.
En esa labor reunió fotografías en las que se encontraba con vestuarios de la época, con acrobacias que se hacían, y los documentos con los cuales logró escribir “La maravillosa historia del circo en México”.
Pero además de no ser un trabajo sencillo, tampoco lo ha sido del todo grato. Mientras el sector académico lo recibió con un balance positivo, el rechazo llegó desde el mundo del circo tradicional, quizás porque en los últimos años ha sido objeto de fuertes críticas y ven reducidas sus formas de vivir.
“Es muy difícil el cambio. El circo nació con la Humanidad, y por siglos de los siglos, contó con animales. Los niños sin duda iban a los circos por los payasos y los animales, por lo que no se puede pedir un cambio drástico como muchos esperan que suceda. Lo que faltan en este tema son propuestas y mucha creatividad”.
Caso para destacar
Julio Revolledo no puede dejar de mencionar uno de los casos, que según sus palabras, es uno de los más hermosos que ha conocido en su vida, como lo es “Circo para todos” de Cali.
Se trata de una fundación sin ánimo de lucro de carácter privado que trabaja desde hace 17 años desarrollando programas y estudios de formación de Arte Circense, favoreciendo la inserción socio-económica y cultural de jóvenes vulnerables.
“Es la primera escuela profesional de arte circense en Colombia y la primera con vocación social en el mundo. Es increíble lo que han hecho con el circo. Los he visto aquí, también en Europa y pronto estrenan en París. La gente allí alucina al ver sus shows, tanto talento, y quedan conmovidos con las historias detrás de cada uno de sus integrantes”.
En “Circo para todos” se utiliza el circo como herramienta social, para el desarrollo personal, todo a través del descubrimiento de sus habilidades y potenciales. Ya cerca del 24 por ciento de los artistas que se han formado allí, hacen parte de los mejores circos del mundo.
“Ellos sacan a los jóvenes que tienen una realidad tremenda y están, de repente, gracias a su talento y dedicación, instalados en el mejor hotel y conviviendo con los mejores artistas del mundo, entonces si no es un proyecto válido eso, entonces qué”.
Y finaliza Revolledo: “Este tipo de iniciativas, más el interés del Estado colombiano por mejorar las condiciones del arte circense, harán que en poco tiempo el panorama del circo cambie para mejorar”.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015