Nicolás Restrepo Escobar
LA PATRIA | Manizales
Berlín, capital de la reunificada Alemania, fue tal vez la ciudad europea que más destrucción sufrió en la Segunda Guerra Mundial. Allí tenía sus cuarteles generales Adolfo Hitler, y por lo tanto fue blanco de múltiples bombardeos y ataques que casi, literalmente, la borran del mapa.
Después de la guerra, y durante 25 años, estuvo divida por un muro que la separaba de este a oeste, unos comunistas bajo el dominio de la entonces Unión Soviética, y los otros capitalistas, en el occidente, aliados de los Estados Unidos. Fue una época vergonzosa, superada con la reunificación alemana, y de la que quedan cicatrices que se conservan para la historia.
Hoy Berlín es una ciudad vibrante, llena de atractivos para los turistas, amable con sus visitantes y recuperada su importancia política vuelve a ser la capital de la poderosa Alemania, el país más rico de Europa.
Recorrer a Berlín es excitante. Desde los múltiples buses de dos pisos especializados en rutas turísticas, hasta paseos en barco por las aguas del río Rin en cómodas embarcaciones, caminado o alquilando una bicicleta y recorriendo sus calles por las ciclovías que se marcan por toda la ciudad, la experiencia es inolvidable.
La visita al muro
La oferta cultural es enorme, desde el centro de museos en una isla del río, la visita obligada al museo Judío, con su modernísima sede y las sobrecogedoras historias de su supervivencia, hasta los edificios del gobierno y el parlamento alemán, todo vale la pena verse.
Tiene cientos de hoteles para todos los presupuestos, y una oferta gastronómica que desde las salchichas que venden en la calle, hasta las terrazas de los restaurantes frente al río, ofrece gran variedad y calidad en las comidas.
Los restos del muro, esa dolorosa página de la historia de la humanidad, se pueden visitar con completas historias sobre su significado. En las ruinas de lo que fue la Gestapo, la temible policía secreta de Hitler, se encuentra un memorial muy bien documentado.
Para quienes tengan en sus planes visitar el Viejo Continente, es muy recomendable que incluyan a esta hermosa ciudad en sus planes, pues con certeza no quedarán defraudados.
Para los compradores
Para los amantes de las compras, la calle Kurfürstendamm tiene vitrinas de las marcas más lujosas de Europa, y aunque los precios son inabordables, al menos se puede disfrutar admirando sus vitrinas. También está en Berlín la KadeWe, uno de los almacenes por departamentos más lujosos del mundo, en el que también se puede tener una variada experiencia gastronómica en su zona de restaurantes, a precios razonables.
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