Cristian Camilo Aguirre
LA PATRIA | MANIZALES
Un videojuego creado por un estudiante de octavo grado, un dispositivo que ayuda a orientar a invidentes y sordos, y un invernadero manejado con una tableta son tres de los 60 proyectos que se vieron en la XVI Feria Tecnológica del Sena Caldas.
Alejandro Ramírez, coordinador misional del Centro de Automatización Industrial, aseguró que la Feria se realiza para que los aprendices puedan divulgar sus proyectos y los estudiantes de los colegios conozcan el potencial tecnológico para que se animen a estudiar en la institución.
Energías renovables, desarrollo de software, biotecnología y otras disciplinas se vieron en la muestra el pasado 25 de octubre.
Para que los trabajos no se queden en prototipos o proyectos, Ramírez recordó que existe la plataforma Sennova, la cual sirve para conformar semilleros de investigación entre los aprendices y puedan sacar sus ideas a flote, llevarlos a una patente o puedan ser incorporados en una empresa.
Conozca tres proyectos que se presentaron en la Feria.
Orienta a las personas con discapacidad visual y auditiva
Fotos | Cortesía Manuela Hurtado | LA PATRIA
En una clase, un instructor del Centro de Automatización Industrial le recomendó al aprendiz Daniel Felipe Rivera que realizara un proyecto inclusivo con la población con discapacidad visual y auditiva. El prototipo fue presentado en la Feria y tiene como función orientar y facilitarle el desplazamiento a esta población. Daniel lo ideó para que funcionara en la sede del Sena, pero aseguró que quiere perfeccionar su diseño para que sea instalado en hospitales, universidades y así mejorar la calidad de vida de estas personas. "Nos percatamos que la señalización actual no se encuentra en buenas condiciones y no orienta a esta población. Las personas se ven perdidas, desorientadas, por lo que queremos ayudar”, manifestó Daniel.
Funcionamiento
A la persona con la discapacidad se le entrega un dispositivo en la entrada del sitio. Funciona con radiofrecuencia y tiene dos módulos emisores: uno visual y otro auditivo. Su sistema operativo es arduino (microcontrolador que procesa la información). Cada oficina tiene una caja receptora, que se encarga de emitir un sonido o una imagen en lenguaje de señas, mientras la persona se acerca al lugar.
Recolecte datos de su invernadero
Biotecnología combinada con el internet de las cosas se encuentran en el invernadero desarrollado por el ingeniero de sistemas Mario Sánchez, tres aprendices de Mantenimiento Electrónico e Instrumental Industrial, un tecnóloga en biotecnología y dos instructores. Desde una tableta controlan las variables ambientales de un cultivo de moringa en la Tecnoacademía, ubicada en el Inem.
Decidieron comenzar con esta planta de origen hindú debido a que exige condiciones ambientales opuestas a las que existen en Manizales, por lo que esperan más adelante adaptar la tecnología en otros cultivos.
Funcionamiento
Sánchez explicó que el invernadero tiene tres partes:
* La electrónica: conecta los sensores de temperatura, humedad e iluminación, y es la encargada de programar las funciones.
* El software: por medio de una aplicación interpreta las acciones (riego, luces y extractores) que quiere la persona encargada del invernadero.
* Los sensores: envían los datos que recolectan y manda un informe a la persona para que tome las acciones correspondientes.
Controle el juego con una fruta
¿Se imagina un videojuego donde no existan los controles, sino que el personaje sea manejado por medio de un banano? Esto lo consiguió Sergio Alejandro Castro, estudiante de octavo del colegio Eugenia Pacelli y de la Tecnoacademia del Sena.
Flapy Bird es el juego creado por el estudiante, en la plataforma Unity, sitio para crear videojuegos.
Frutas, verduras u hortalizas ricas en agua sirven para conducir la electricidad al juego y el personaje realice las ordenes.
¿Cómo funciona?
Flapy Bird consiste en un pájaro que debe mantenerse en el aire y superar los obstáculos, para lo cual es necesario dos frutos, uno que funciona como polo a tierra y el otro de control. Cada vez que se quiera volar más alto se debe apretar la fruta, la cual está instalada a una placa makey makey, dispositivo de circuito que permite que las frutas se conviertan en el control.
Felipe Restrepo, facilitador del Centro de Automatización Industrial, y quien apoyó al estudiante, explicó que en la Tecnoacademia los estudiantes reciben clases de Diseño 3D y programación, lo que les permitió crear Flapy Bird.
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