LA PATRIA | MANIZALES
Un presunto delincuente, perseguido por las autoridades, usó como escudo a un perro pitbull. Le ordenó atacar a los policías, mientras escapaba. El caso se presentó la semana pasada en la vereda Libertad, límites entre los municipios de San José y Risaralda (Caldas).
Hasta una finca de esa zona rural llegaron tres agentes de la Sijín, a las 8:30 de la mañana. Su misión era capturar alias Álex, líder del grupo delincuencial R-6, acusado de múltiples homicidios en Chinchiná y Palestina.
El blanco de los uniformados se percató de su presencia. Huyó, pero les ordenó a dos perros que había en la finca que atacaran. Un patrullero corrió detrás de Álex. Mientras tanto, un pitbull se agarró de la parte trasera de la rodilla izquierda del uniformado.
En medio de la adrenalina de la persecución, el patrullero parecía no sentir el dolor de la mordida de la mascota. “Corrí cinco metros con el perro pegado de la pierna. Saltó a morderme el pecho y la cara pero, por fortuna, me protegí con el brazo y solo me agarró un dedo de la mano izquierda”, aseguró.
Los dos policías que lo apoyaban forcejearon con el perro y también con un empleado de la finca, que se opuso al operativo. Finalmente el patrullero detuvo a Álex, junto a alias Claudia, su compañera sentimental. El otro perro no agredió a nadie.
El patrullero terminó con una infección, pues el animal no estaba vacunado. Medicina Legal le dio 10 días de incapacidad, en los que lo han inyectado con antibióticas para evitar que la cortada, similar a una herida con arma blanca, se agudice.
El patrullero afectado afirmó que es consciente de que el animal no es culpable de reaccionar así. "Son los delincuentes los que los enseñan a ser agresivos”. El perro agresor quedó bajo protección de un dueño de una finca cercana.
Según Daniela Giraldo, etóloga y guía canina, la raza pitbull es muy buena, son perros muy sociales y cariñosos con los niños, incluso, son usados por los organismos de socorro como rescatistas en las emergencias. Pero cuando caen en malas manos y los incitan a las peleas, lo más natural es que se vuelvan agresivos y obedecen las órdenes de su amo. En estos casos necesitan ser reeducados.
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