LA PATRIA | MANIZALES

Octavio de Jesús Trejos Aguirre, de 47 años, era muy carismático. En su niñez, con solo un silbido, convocaba a todos sus amigos para salir a jugar o invitarlos a bailar. Así lo recuerda James Acevedo, quien compartió con él varios años de su vida.

Esa alegría que caracterizaba a Octavio, a quien apodaban la Gata, la rememoraron ayer en Supía, durante el sepelio de este hombre que murió apuñalado en Santander de Quilichao, cuando quisieron robarle.

"En la vida hay cosas injustas. Mi amigo era un loquillo de mil batallas", expresó Acevedo. El cuerpo de la Gata arribó a la medianoche del jueves a su natal Supía.

Según sus allegados, Octavio de Jesús estaba en un puente conocido como Santander. Cuando se iba a subir a la moto, después de tomar gaseosa, lo abordaron varias personas para robarle el vehículo y lo hirieron. Caminó una cuadra hasta la sede de Bomberos, donde lo auxiliaron y lo llevaron al hospital del municipio. Eso ocurrió el domingo. El lunes lo remitieron a una clínica de Cali, donde le hicieron una cirugía.

"Un hermano le estuvo marcando, pues no fue a trabajar. Alguien le preguntó que cómo seguía Octavio y ahí se enteró de que estaba hospitalizado en Cali. Viajó y lo encontró en cuidados intensivos. Luego le hicieron otra operación que no aguantó y falleció el miércoles", explicó un amigo.

Hacía de todo

Era muy trabajador. Fue vendedor de gas, de arepas de choclo, de pandebono y taxista. Tenía dos hijos de 11 y 13 años.

La moto ya la hallaron, la Policía la recuperó. "Se crió en el barrio La Julia, de Supía. Era un personaje. A todo le sacaba un refrán. Le gustaba departir en medio de los tragos. Mamagallista. Era como mi hermano", recordó su amigo James.

Una sobrina del fallecido expresó que dejará un gran vacío entre los hijos y su familia. "Quienes le hicieron esto solo por robarle no saben que Dios se ganó a una gran persona, carismática y alegre".

El dato

A dos caldenses, ambos de Manzanares, los asesinaron el mes pasado en diferentes lugares del país. A Gerardo Rivera Martínez, de 45 años, en Sevilla (Valle). Y a Gloria Alejandra Franco Álvarez, de 28, en el Cauca.