LA PATRIA | MANIZALES
Se metió a defender a su amigo en una pelea, terminó asesinando al contendor y ahora lo buscan para que pague ocho años y ocho meses de prisión por homicidio preterintencional. El hombre al que defendió fue importante para determinar su responsabilidad.
Eso le pasó a Pedro de Jesús Ramírez Morales, de 32 años, apodado la Fiera y natural de Riosucio. Lo sentenció el Juzgado Penal del Circuito de Riosucio.
La situación se dio a las 12:30 de la madrugada del 13 de junio del 2010, en el establecimiento Los Tres Yolis, del parque La Candelaria, de Riosucio. Allí se formó una gresca entre Andrés Marín Tabima, de 35 años, quien según el relato de la Fiscalía, le lanzó una botella a Gustavo Adolfo Rotavista Chalarca, de 24, quien ingresaba al lugar.
Se fueron a los golpes y en la calle siguieron la disputa. En ese momento apareció Ramírez Morales, quien atacó a Marín Tabima con un arma blanca. Murió camino a Manizales.
Solo en septiembre del 2017 se pudo adelantar la audiencia, sin decretar medida de aseguramiento para el señalado porque no estaba. Escapó el día de los hechos.
El juicio se desarrolló el año pasado con sentido de fallo condenatorio y se pasó de homicidio agravado doloso a homicidio simple preterintencional.
El otro protagonista de la pelea declaró que el fallecido se paró de la barra y lo agredió. "Por eso reaccioné, lo agarré del cuello y lo saqué hacia el andén a puños. En ese momento vi a mi amigo Pedro que se arrimó. Se acabó la pelea, Andrés quedó en el piso, me fui y cuadras más abajo se me atravesó Pedro y me dijo que había chuzado a ese muchacho para defenderme. Me mostró una navaja de cacha verde militar que tenía en el bolsillo. Me expresó: 'Vea con lo que lo dañé'".
El homicida apuñaló a la víctima en el glúteo y la pierna izquierda, quizá con la única intención de lesionar, pero desafortunadamente alcanzó la vena femoral y generó un shock que terminó en la muerte, tal y como lo describió Medicina Legal.
"Pedro de Jesús no tenía la voluntad de causar la muerte del contendor de su amigo, sino de atentar contra su integridad física. Gustavo Adolfo no pudo frenar la acción impetuosa de Pedro, porque ni supo cuándo se arrimó a atacar a su contendor. Solo se enteró de eso después. Y si fuera poco, al día siguiente, cuando se rumoraba que pudo haber sido el homicida, Rotavista Chalarca se presentó ante la autoridad para aclarar el acontecimiento y permitir el avance de la investigación hacia el verdadero agresor, quien hoy huye de la justicia".
Se da cuando el agresor actúa con la intención de provocar lesiones a otra persona, con un medio idóneo para ello, pero finalmente le provoca la muerte.
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