LA PATRIA | MANIZALES
En solo 41 días, el invierno en Caldas ha cobrado la vida de cuatro personas. La más reciente, en Chinchiná, en la noche del miércoles. En la finca Alto Mina, de la vereda Chuscal, falleció José Adalberto Betancur Díaz, de 57 años.
El campesino, a quien apodaban Marrano, se escampó debajo de un árbol. Una rama cayó y lo elevó varios metros, lo que le generó graves traumas en su cuerpo.
Ese día, la lluvia y un vendaval trajeron afectaciones a ese municipio. Según el reporte de la Unidad de Gestión del Riesgo del Departamento, Bomberos atendió 67 viviendas inundadas por daños en los techos, cinco caídas de árboles e inspeccionó algunas cuerdas eléctricas. Además, rescataron a un perro.
En Manizales se inundó el control de busetas de Villapilar y en la vereda Los Cuervos, de Villamaría, hubo siete casas afectadas.
Betancur Díaz recolectaba café en el momento del incidente. Su cuñado, Rubiel Gómez, relató: "Otro compañero que desyerbaba lo invitó a que se escamparan en la finca, pero no quiso".
Los otros amigos notaron que no llegaba a tiempo a entregar el café recolectado, por lo que salieron a buscarlo.
Lo hallaron por los ladridos de su perra Mocha, que lo acompañó hasta el último momento. A eso de las 7:00 de la noche llegó el CTI al lugar para la inspección técnica.
Sus familiares se reunieron el miércoles en la noche en su casa del barrio Ciudadela del Valle, sur del Municipio, a esperar que llegaran con el cuerpo. Estudió hasta quinto de primaria y toda su vida se dedicó a labores agrícolas. Dejó dos hijos. Sus exequias serán hoy en la Basílica Nuestra Señora de Las Mercedes.
El pasado 18 de enero, un alud de tierra en el sector de La Cuchilla, en Neira, acabó con la vida de tres primitas: las mellizas Salomé y Valentina López Castañeda, de 4 años; y Estefanía Sierra Castañeda, de 5. Jorge Eliécer López Castañeda, de 6, sobrevivió.
Risaralda. Los 123 alumnos de la institución educativa de la vereda Quiebra de Santa Bárbara, situada a 40 minutos de Risaralda (Caldas), no pudieron entrar ayer a clases. Un vendaval en la noche del miércoles afectó la infraestructura de la institución.
El docente Wílmar Ramírez indicó que se mojaron cartillas, libros, cuadernos y ayudas pedagógicas. Ayer estuvo en la institución un arquitecto de la Secretaría de Educación para evaluar los daños. Las clases quedan suspendidas hasta nueva orden. El tubo que conduce agua al colegio se rompió.
Carlos Alberto Valencia, comandante de Bomberos Voluntarios, expresó que en la misma vereda se afectaron 12 familias y algunos cultivos de plátano. Varios perdieron hojas de eternit y de zinc, tejas de barro colchones, televisores. Por ejemplo, en el predio de Manuel Antonio Arboleda se dañaron mil 600 matas de plátano artón. En la de Alirio Acevedo Blandón requieren 300 hojas de barro y 12 de eternit. Además, se perdieron 500 matas de plátano.
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