En Samaná no salen del asombro. Este municipio del oriente de Caldas se paralizó el fin de semana cuando integrantes de la Dijín, Sijín y de la vigilancia de la Policía llegaron al pueblo y se ubicaron en varios sitios. La sorpresa fue mayor cuando los vieron en una bomba de gasolina del sector de Los Talleres, en la salida hacia Pensilvania, deteniendo a un reconocido comerciante de la población.
Según la Policía Caldas, al hombre lo aprehendieron por su presunta participación en los delitos de lavado de activos, testaferrato, enriquecimiento ilícito, concierto para delinquir con fines de narcotráfico y rebelión.
"Los investigadores llevaban dos años de trabajo en coordinación con la Fiscalía Primera Especializada de Manizales, tiempo en el cual recolectaron el material probatorio, evidencia física y testimonios de personas que involucran al comerciante en esos hechos delictivos", indicó la institución.
Con la participación de la Fiscalía 32 Especializada de Extinción de Dominio de Pereira le ocuparon 16 bienes inmuebles en Bogotá y en Samaná, avaluados en $6 mil millones, entre los que se encuentran una estación de servicio y un granero. Posterior a la ocupación, le notificaron la orden de captura. Le dieron domiciliaria.
El detenido, de 62 años, al parecer, era el encargado de comercializar la base de coca del frente 47 de las Farc, cuando el grupo tenía incidencia en el Oriente del departamento.
Según el informe Dinámica reciente de la confrontación armada en Caldas, la guerrilla ingresó a esa zona en la década de los 90. Los cultivos de coca aparecen, principalmente en Samaná y Pensilvania, aproximadamente en 1999. La superficie cultivada hacia el 2003 no se estimaba por encima de las 1.000 hectáreas.
"En un principio, las Farc promovieron las siembras, al igual que sucedía en el Oriente antioqueño, pero pronto las autodefensas también se interesaron en el negocio ilícito y las impulsaron. Solo en Samaná, en el 2004, se movían mensualmente 12 mil millones de pesos, pues se registraban tres cosechas al año".
A las autoridades les llamó la atención que atesoró una gran fortuna, con una sola tienda. Lo vinculan con los frentes 47 y Noveno de las Farc. "Sacaba la base de coca y la comercializaba desde el 2002. Obedecía a Kadaffy y el Zarco".
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