LA PATRIA | MANIZALES
Dos días resistió el riosuceño José Luis Zamora Ramírez, de 43 años, la golpiza que le dieron unas personas con las que rumbeaba. El hombre falleció el pasado jueves en el hospital Santa Sofía, de Manizales.
Los hechos ocurrieron el martes a las 5:00 de la mañana, en el quiosco del parque de San Sebastián. El lunes en la tarde, José Luis estuvo en la comunidad de Sipirra, departiendo con los amigos. Luego, en la noche, se dirigió al parque de San Sebastián, para tomarse unos traguitos más, según comentó un familiar.
Allí se quedaron y cuando era de madrugada, hubo una discusión. A la víctima la golpearon entre varios, fue empujado violentamente contra el piso y recibió un fuerte golpe en la cabeza. Según la familia, quienes lo agredieron lo dejaron tirado en el piso y huyeron. Minutos más tarde, los bomberos lo llevaron al Hospital San Juan de Dios, donde luego de una larga espera lo atendieron. "Lo dejaron en la camilla, pero cuando vieron que estaba delicado, lo remitieron para Manizales", explicó un allegado.
Era muy alegre, le gustaba la rumba, trabajaba la tierra y aserraba madera. Veía por su mamá, la gente lo quería por sencillo y humanitario. Por eso este caso no debe quedar impune y esperamos que las autoridades lleguen hasta el final y que los culpables sean encerrados, dijo una vecina, que lo apreciaba mucho.
Zamora Ramírez vivía en el sector Alto de Morón. Sus exequias fueron en el templo de La Candelaria, el sábado anterior.
A José Antonio Montoya Urrea, de 28 años, lo mataron de cuatro tiros, en la noche del viernes, en el barrio Santa Ana, de Samaná. El cotero residía en ese mismo sector y era un reconocido apostador de gallos.
Vivía en unión libre y tiene un hijo de cuatro años de edad. Al hombre le dispararon con un revólver 38 largo cuando llegaba a su casa. Testigos afirman que se bajó de la moto y el sicario lo atacó. El barrio se sitúa a cuatro cuadras del parque principal.
También se reportó la muerte de Julio César Giraldo, de 73 años, a quien hallaron herido en la carretera que de Samaná conduce a Florencia, en la vereda La Palma, a hora y media del casco urbano. El señor murió cuando era trasladado a Manizales y, al parecer, se golpeó en la cabeza al caer de un caballo. Era un reconocido negociante de equinos. Los vecinos dijeron que murió en su ley.
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