LA PATRIA | MANIZALES
Ser apodado y tener un parecido físico con un delincuente identificado con el alias de Cachetes le salió caro a Alexánder Hincapié, propietario de un estanquillo ubicado en San Andresito, a quien un testigo identificó como uno de los autores del atentado que cometieron contra otro sujeto y que desencadenó en la muerte de dos menores de edad, en el 2006, en Manizales.
El hombre, que fue capturado en marzo, siempre le insistió a su abogado que él era inocente, y su salvación llegó cuando, estando en el patio dos de la cárcel La Blanca, otro sujeto que está pagando una pena por el mismo delito lo vio y aseguró que él no era a quien la justicia buscaba. Por eso decidió comunicárselo al defensor de Hincapié.
Cuando supo del error, el jurista José Fernando Ortega solicitó la colaboración de los entes investigadores y las pesquisas rindieron los frutos esperados, pues se pudo comprobar que para acusar al hombre, se basaron en su parecido físico con el delincuente y por cargar con el lastre de tener el mismo apodo.
Para demostrar su inocencia, la propia víctima del error se presentó voluntariamente ante la Sijín, en donde le notificaron que tendría que responder por fabricación, tráfico y porte de armas y municiones de uso privativo de las fuerzas militares, homicidio agravado y concierto para delinquir agravado.
Luego de corroborar la información y recoger las pruebas de los investigadores judiciales, el juez encargado del caso revocó y precluyó la investigación, a lo que no se opuso la Fiscalía.
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