LA PATRIA | MANIZALES
Sergio Henao Serna, alias Pinky, estaba nervioso, miraba insistentemente hacia las sillas en las que estaban sus familiares. Algo que ellos murmuraba, él lo negaba con la cabeza. Ayer, en el Palacio de Justicia de Manizales, el Juzgado Séptimo Penal le dictó sentencia.
La valentía que le faltó para solucionar sus problemas con su víctima, Wálter Cárdenas, le sobró para llegar solo y bajo sus propios medios. Entró a la sala de audiencias y se encontró de frente con los allegados del hombre al que asesinó en septiembre del 2015, quienes no pudieron contener las lágrimas.
Hacia las 9:20 de la mañana se inició la lectura de sentencia, pues el joven aceptó anteriormente los cargos que le imputó la Fiscalía por homicidio. El juez empezó a relatar las causas del crimen y luego de que le anunció los 11 años y cinco meses de prisión que tendrá que pagar, se le notó desesperado.
Al parecer, lo que la familia del hoy condenado hablaba era la tranquilidad que le llegaría por saber que este muchacho no iba a hacer más daño y se salvaría de que otra persona se lo hiciera.
El policía que lo custodiaba desde que entró a la sala tuvo que aplicar algo de fuerza para llevarlo al calabozo en el Palacio, última estación antes de ir a parar a la Cárcel de Varones de Manizales.
Tranquilos
Los familiares de Wálter aseguraron sentirse tranquilos por la decisión, aunque no negaron que sintieron pesar por la suerte de este muchacho de 20 años, un habitante de calle y consumidor de estupefacientes, que se convirtió en un problema de seguridad, especialmente en Bajo Andes, el barrio en el que residía.
Para determinar su responsabilidad en el crimen fueron necesarios los testimonios de tres personas que vieron cómo Sergio apuñaló con una navaja a su víctima, así como el de un familiar a quien le confesó que hirió a otra persona y que no sabía si la había asesinado.
Wálter, a quien conocían en La Enea como Crisma, consumía estupefacientes. Cuando llegó al barrio Pío XXII a comprar se encontró una caja de fósforos abandonada, que en su interior tenía bazuco. Al ver eso, Sergio reaccionó y le exigió que se la pasara. Como se negó, se le abalanzó y lo apuñaló.
Seis meses tardaron los investigadores del CTI para detener en marzo pasado al homicida. En la audiencia de control de garantías un juez lo dejó libre, aunque siguió la investigación.
El 16 de abril asesinaron a cuchillo a Edwin David Gómez, de 26 años, en el barrio Bosques del Norte. Las autoridades investigan si alias Pinky tuvo algo que ver en este homicidio.
De agravado a simple
El delito que le imputaron inicialmente a Sergio era por homicidio agravado, pero tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía, lo condenaron por homicidio. Por aceptar un preacuerdo le rebajaron la pena de 17 años y 4 meses a 11 años y 5 meses.
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