LA PATRIA | ANSERMA
Dos expendedores de drogas, que pretendían hacerse con el control del microtráfico en Anserma, se quedaron con las ganas de hacer fructificar su ilícito negocio ocultando la droga dentro de un pan, para evadir la acción de las autoridades.
Sin embargo, sirvió más la inteligencia de los policías y la colaboración de la comunidad para detener a los jíbaros, de 19 y 20 años, que vendían el bazuco en la carrera séptima entre calles cuarta y quinta de la población, sector identificado por los uniformados como un reconocido expendio.
En flagrancia
Un habitante del sector, al ver la actitud sospechosa de los dos sujetos, llamó al 123 y denunció. Por eso dos patrullas se movilizaron hasta el sitio e iniciaron el plan candado. Una pareja de policías se acercó a los delincuentes para hacer una requisa, pero decidieron emprender la huida y abandonaron un paquete.
Metros más adelante los esperaban otros dos uniformados que los interceptaron y los sometieron. Uno de ellos revisó la bolsa abandonada que tenía un pan, lo esculcó y vio que sobresalía un pedazo de plástico por un lado. Explicó que prefería revisarlo y pagárselo a sus dueños si no encontraba nada.
Así lo hizo y despejó sus dudas, pues adentro había seis gramos de bazuco, distribuidos en 10 paquetes. A los jíbaros los condujeron a la estación de Policía y tendrán que responder por el porte, tráfico o fabricación de estupefacientes.
Quieren apoderarse del sector
De acuerdo con la información que entregó la Policía de Anserma, este sector es conocido por la concentración de vendedores y consumidores de drogas, por lo que en una operación que se llevó a cabo entre el año pasado e inicios del 2014 fueron capturados 16 integrantes de las bandas de los Galeano y los Mangueros.
Por estas aprehensiones empezaron a llegar otros delincuentes para apropiarse del microtráfico y ya tienen identifica a la banda de La Olla del Indigno. Además se habla de barreras invisibles.
Sin embargo, Felipe Jiménez, comandante de la Policía de Anserma, asegura que mantiene una presión constante sobre los posibles expendedores para evitar que el problema crezca. A veces la labor se les dificulta porque familiares y vecinos de los capturados los agreden (él recibió un varillazo) y hacen asonadas.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015